La inteligencia artificial (IA) está transformando el diseño, la operación y la exploración en el sector aeroespacial. Te contamos cuáles son las áreas de impacto más significativo y cómo se proyecta hacia el futuro.

Exploramos este panorama a través de preguntas y respuestas con tecnólogos de organizaciones espaciales líderes, en conversaciones con Garrett Reim de Aviation Week. Entre ellos, se encuentran Elizabeth Davison (The Aerospace Corp), Robert Rose (Reliable Robotics), Mike Baylor (Lockheed Martin), Christian Gutierrez (Shield AI), Andrew Puryear (L3Harris Technologies), Tim Burns (Merlin Labs) y Ebenezer Dadson (Northrop Grumman).

¿Qué formas de IA se están probando o utilizando en sistemas operativos hoy en día?

A pesar del creciente interés en la IA, su adopción en la industria aeroespacial sigue en etapas iniciales. Actualmente, se centra en aplicaciones no críticas para la seguridad, como el análisis de datos y tareas de visión por computadora.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), por ejemplo, utiliza IA para clasificar hielo marino a partir de imágenes de radar de apertura sintética (SAR). También se emplean técnicas de aprendizaje profundo para detectar maniobras de satélites, contribuyendo a mejorar la conciencia situacional espacial (SSA), que se dedica a monitorear, identificar, rastrear y predecir objetos y actividades en el espacio cercano a la Tierra, como satélites, basura espacial y posibles riesgos de colisión.

En el ámbito privado, la startup Merlin Labs prueba sistemas de visión por computadora para asistir a pilotos para identificar marcas en pistas y obstáculos. Además, integra procesamiento de lenguaje natural para que sus sistemas autónomos puedan comunicarse con los controladores de tráfico aéreo.

Por su parte, la NASA emplea inteligencia artificial para filtrar señales en grandes bases de datos. Un ejemplo destacado es Exo-Miner, una red neuronal diseñada para identificar exoplanetas a partir de los datos del telescopio Kepler.

En manufactura, la IA se utiliza para optimizar la producción mediante algoritmos inteligentes aplicados al mantenimiento predictivo y a la detección de defectos en componentes a través de visión por computadora.

Sin embargo, la adopción de la inteligencia artificial en operaciones críticas aún enfrenta importantes desafíos, principalmente por la necesidad de cumplir con las estrictas regulaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA), que busca garantizar la seguridad en todos los niveles del sistema aeronáutico.

¿Qué formas de inteligencia se usarán en sistemas operativos en 3-5 años?

En este periodo, los humanos seguirán tomando decisiones, pero la tecnología cognitiva acelerará los procesos. En principio, se espera el debut de sistemas de “agentes”, capaces de planificar y ejecutar con menos supervisión humana.

A su vez, la IA también podría gestionar y fusionar inteligencia de enjambres de vehículos aéreos no tripulados, incluso en entornos con comunicaciones y GPS denegados.

Finalmente, las operaciones en el espectro electromagnético, incluyendo comunicaciones y recolección de datos, se podrían optimizar con nuevas herramientas inteligentes.

¿Qué algoritmos se posicionan como los más prometedores, pero están a más de 10 años de distancia?

En la próxima década, esta herramienta podría asumir funciones de toma de decisiones estratégicas, adaptándose en tiempo real a nuevos objetivos y minimizando la necesidad de intervención humana. En los próximos 10 años, los sistemas de inteligencia general combinados con capacidades de toma de decisiones adaptativas podrían coordinar de manera eficaz múltiples sistemas no tripulados en entornos complejos.

Además, la fábrica aeroespacial del futuro integrará robótica avanzada.

Sin embargo, a medida que los avances tecnológicos en inteligencia continúen ganando terreno, también crecerá el desafío de integrar la moralidad en la IA para generar confianza.

¿Cuál es el mayor malentendido sobre las máquinas inteligentes?

Dos de las principales preocupaciones asociadas con el desarrollo de esta tecnología son el potencial reemplazo del trabajo humano y la posibilidad de una hipotética y distópica “rebelión de las máquinas” a causa de que la IA alcance un estado de “conciencia”.

En este sentido, los especialistas opinan que los sistemas inteligentes no sustituirán todos los empleos humanos. Sin embargo, aquellos que no adopten estas tecnologías podrían ser desplazados en el mercado laboral. Además, consideran que es altamente improbable que la IA se vuelva sintiente.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que esta no es una herramienta universal y su implementación requiere una experiencia técnica significativa. En la misma línea, no todos los sistemas se benefician de la integración de la IA, que debe emplearse únicamente cuando sea la solución más adecuada para el problema específico.

¿Qué áreas serán difíciles para la integración de sistemas inteligentes?

Uno de los principales obstáculos es la calidad de los datos, ya que el entrenamiento de los sistemas cognitivos requiere información robusta y precisa. Esta tarea resulta compleja en situaciones extremas como los conflictos bélicos.

Además, existen áreas que siguen siendo dominio exclusivo de los humanos, como la resolución creativa de problemas, la toma de decisiones éticas y la comunicación matizada.

Por otro lado, en el ámbito de la defensa, los adversarios pueden desarrollar métodos para neutralizar las tecnologías basadas en algoritmos inteligentes, lo que representa una amenaza externa que podría dificultar la integración y el rendimiento de los sistemas inteligentes.

Finalmente, la NASA subraya que la IA carece de la capacidad de autorreflexión, lo que refuerza la importancia de la supervisión humana en sistemas críticos.

La inteligencia artificial en la industria aeroespacial: Hacia lo desconocido

La inteligencia artificial está redefiniendo el panorama de la industria aeroespacial, abriendo nuevas posibilidades para la mejora de procesos en áreas como la manufactura, la vigilancia espacial, y la toma de decisiones en operaciones no tripuladas. Sin embargo, a pesar de su prometedor potencial, su integración en sistemas críticos sigue enfrentando desafíos.

En los próximos años, no hay duda de que esta tecnología continuará evolucionando y jugará un papel central en la industria. El reto será encontrar el equilibrio adecuado entre la innovación tecnológica y las habilidades humanas para gestionar de manera ética y segura estas poderosas herramientas.

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