Las estrellas, como nuestro Sol, se forman cuando una densa acumulación de gas y polvo interestelar colapsa bajo su propia atracción gravitacional. 

Así, una vez que nace una estrella, el material sobrante forma un disco giratorio a su alrededor que alimenta el crecimiento estelar y, a menudo, da lugar a planetas.

Hasta ahora, las estrellas recién nacidas, y sus respectivos discos circunestelares, habían sido observadas por los astrónomos sólo en la Vía Láctea.

Pero recientemente se anunció que se había detectado un disco de este tipo alrededor de una estrella más grande y luminosa que el Sol, que reside en la galaxia vecina conocida como la Gran Nube de Magallanes.

La estrella, que crece y acumula material del disco circundante, es entre 10 y 20 veces más masiva que el Sol y quizás 10.000 veces más luminosa.

Por su parte, el disco recientemente observado tiene un diámetro de aproximadamente 12.000 veces la distancia de la Tierra al Sol, o aproximadamente 10 veces mayor que el que rodeaba al Sol cuando se formó, hace aproximadamente 4.500 millones de años. La estrella, que también está liberando un gran chorro de material al espacio, se encuentra a unos 160.000 años luz de la Tierra. 

Impresión artística que muestra el sistema HH 1177, ubicado en la Gran Nube de Magallanes. Imagen publicada por el Observatorio Europeo Austral (ESO).

La opinión de los expertos

“Si bien sabemos que muchas estrellas como esta se están formando en la Gran Nube de Magallanes y otras galaxias, nunca antes habíamos observado un disco de acreción circunestelar fuera de la Vía Láctea, principalmente debido a la falta de tecnología. Observar estos discos en otras galaxias es muy importante porque nos dice cómo se forman las estrellas en entornos diferentes al de la Vía Láctea”, explicó la astrónoma Anna McLeod.

La detección se realizó utilizando el telescopio Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en el desierto de Atacama de Chile. 

“La estrella es visible en longitudes de onda ópticas, mientras que todas las estrellas conocidas en la Vía Láctea que son como esta – en términos de masa estelar y con un disco de acreción – están ocultas a los telescopios ópticos porque todavía están muy envueltas por el gas y el polvo del que se están formando”, agregó McLeod.

“Sugerimos que el hecho de que la estrella sea visible en el óptico se debe a las diferentes propiedades del entorno galáctico en el que se encuentra en comparación con la Vía Láctea”, añadió.

Además, no descartó que algún día se formarán planetas en el disco, aunque reconoció que “es poco probable, dado que estos tendrían que formarse en el entorno hostil de una estrella con una fuerte radiación”.

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