La NASA se prepara para dar un paso fundamental en el regreso de la humanidad a la Luna con la misión Artemisa II, prevista para despegar antes de abril de 2026. El vuelo pondrá a prueba al cohete Space Launch System (SLS) y a la cápsula Orion, y marcará el regreso de astronautas más allá de la órbita baja terrestre por primera vez desde el Apolo 17 en 1972.

Durante 10 días, la tripulación rodeará la Luna en una trayectoria de gran valor científico. Durante el punto más cercano, Orion se desplazará entre 6.400 y 9.600 km de la superficie lunar, distancia que permitirá observar al satélite con una nitidez inédita desde una misión tripulada en más de medio siglo.

Desde esa posición privilegiada, los cuatro astronautas a bordo registrarán imágenes de cráteres, antiguos mares de lava y otras formaciones geológicas para identificar texturas, colores y estructuras. Estas observaciones no solo enriquecerán el conocimiento sobre la historia de la Luna, sino que también servirán de preparación directa para la siguiente misión del programa, Artemisa III, que marcará el regreso humano a la superficie lunar.

Artemisa II: la Luna como laboratorio natural

Más allá de las observaciones, Artemisa II será un ensayo de coordinación entre la tripulación y los equipos científicos en la Tierra. En el Johnson Space Center de Houston se llevan a cabo simulaciones en el Science Evaluation Room, donde se practican los protocolos de comunicación y análisis que se aplicarán durante la misión real.

El objetivo es que cada momento del vuelo cuente con un plan científico sólido, capaz de adaptarse en tiempo real a la información que envíe la nave desde la órbita lunar.

La información recopilada en este vuelo será crucial para la siguiente etapa del programa. En Artemis III, la NASA buscará alunizar cerca del Polo Sur lunar, una región de gran interés porque allí podrían encontrarse depósitos de hielo y rocas antiquísimas. Estos materiales permitirán entender mejor la evolución de la Luna, de la Tierra y del propio sistema solar.

NASA Artemisa II Luna Tripulación
La tripulación de Artemisa II frente a la nave espacial Orion el 8 de agosto de 2023, en el Centro Espacial Kennedy de la NASA. De izquierda a derecha: Jeremy Hansen, especialista de misión; Victor Glover, piloto; Reid Wiseman, comandante, y Christina Hammock Koch, especialista de misión. Fuente: NASA.

Un sobrevuelo con alto valor científico

El valor de Artemisa II no se limita al cAonocimiento lunar. Durante los diez días de viaje también se estudiará cómo el entorno espacial afecta el desempeño físico y psicológico de los astronautas. Los datos servirán para diseñar estrategias de protección y entrenamiento en misiones más largas, como las que algún día apunten hacia Marte.

La misión también será una oportunidad para detectar fenómenos poco frecuentes. Entre ellos, posibles destellos provocados por impactos de meteoritos y la presencia de polvo lunar iluminado cerca del horizonte. Este tipo de hallazgos puede aportar pistas sobre procesos dinámicos aún poco comprendidos en el entorno lunar.

Lejos de ser un simple sobrevuelo, Artemisa II será un puente entre la órbita baja y la exploración profunda. Cada observación de la superficie, cada registro geológico y cada prueba de resistencia humana sumará piezas clave para construir el futuro de la exploración espacial.

Tal vez te interese: Artemisa 2: la tripulación que volverá a la Luna prueba por primera vez los trajes espaciales dentro de Orión

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí