En una jornada épica organizada por ACEMA (Asociación de Cohetería Experimental y Modelista de Argentina), aficionados y estudiantes de la UNLP y la UTN ensayaron cohetes de alta potencia con motores comerciales y propios, electrónica embarcada y recuperación por paracaídas. ¿El objetivo? Acercar a las nuevas generaciones al cielo, desde la escala modelo.
“Estos ensayos son mucho más que un hobby”, explica Gustavo Rip, presidente de ACEMA. “Son una forma de acercar a estudiantes y entusiastas al mundo de la tecnología espacial”.

Una jornada de lanzamientos y ciencia experimental
La jornada experimental reunió a entusiastas y futuros ingenieros. Participaron estudiantes de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y graduados de Ingeniería Electrónica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Regional Haedo, junto con varios socios de ACEMA con modelos propios.
Se lanzaron cohetes de hasta 1,80 metros de largo y 10 cm de diámetro, equipados con GPS, altímetros, cámaras de a bordo, sensores de presión, temperatura y humedad, unidades inerciales (IMU) y sistemas de recuperación por paracaídas. Algunos incluso incluían sistemas de telemetría y control, con componentes impresos en 3D.
El equipo de la UNLP construyó íntegramente sus propios motores experimentales, fabricados con tornos y sometidos a ensayos en banco de prueba. También realizaron simulaciones aerodinámicas para diseñar las aletas y el fuselaje, y desarrollaron de forma autónoma la placa y el mecanismo de eyección del paracaídas para la recuperación. Todo el conjunto fue ensayado en túnel de viento, como parte de una propuesta integral orientada al desarrollo de tecnología aeroespacial a escala experimental.
Estuvieron presentes referentes del programa MET-1SO de la Fuerza Aérea Argentina, que presenciaron las pruebas y dialogaron con los jóvenes sobre el potencial de este tipo de desarrollos.
ACEMA: Dos décadas impulsando la cohetería experimental
La Asociación de Cohetería Experimental y Modelista de Argentina (ACEMA) es una entidad civil sin fines de lucro que, desde 2003, promueve la práctica de la cohetería en todo el país, tanto en su versión modelista como experimental. “Empezamos organizando jornadas con estudiantes de secundaria, y hoy también acompañamos a grupos universitarios que hacen vuelos por primera vez”, cuenta Gustavo Rip, presidente de la asociación.
Cada año, ACEMA organiza alrededor de cinco jornadas modelistas abiertas al público, que convocan a más de 300 personas por evento. Los cohetes utilizados en estas jornadas son de construcción sencilla —tubos de cartón, aletas de balsa, pequeños motores y sistemas de recuperación básicos— y alcanzan alturas de entre 300 y 500 metros.
En paralelo, la asociación organiza también unas cinco jornadas experimentales o de alta potencia, como la que se llevó a cabo esta vez, restringidas al ámbito técnico por seguridad. Allí se ensayan modelos más complejos, construidos con materiales compuestos, componentes impresos en 3D, electrónica embarcada y motores de alto empuje, ya sean comerciales o de desarrollo propio.
Además, ACEMA representa en forma exclusiva a la Tripoli Rocketry Association en Sudamérica, la mayor organización internacional dedicada a la cohetería experimental. En ese rol, certifica cohetes de Clase 1 y Clase 2, validando los desarrollos de sus socios bajo estándares reconocidos a nivel mundial.

Cohetes que apuntan más alto: del modelo al espacio
Más allá del espectáculo técnico, ACEMA también se propone despertar vocaciones tecnológicas en nuevas generaciones de técnicos e ingenieros a través de la cohetería experimental. En ese marco, la asociación busca retomar su rol como promotora y formadora dentro del concurso CanSAT, una iniciativa educativa internacional impulsada por la NASA, que desafía a los equipos a diseñar, construir y lanzar un satélite del tamaño de una lata, capaz de transmitir datos simulando una misión orbital.
Este certamen ganó notoriedad en Argentina tras la victoria, en la edición 2025, de un equipo de estudiantes de Ingeniería del ITBA.
“Trabajamos con CanSAT desde 2004, cuando lo hacíamos con apenas tres escuelas. Después lo tomó la CONAE junto al Ministerio de Ciencia, pero hace algunos años ese programa se discontinuó”, recuerda Rip. “Queremos relanzarlo en 2026 y volver a ofrecer acompañamiento gratuito a los equipos que quieran participar. La propuesta incluiría un curso introductorio, kits para el armado de los CanSAT, y vuelos experimentales junto a Skytech. Así, más jóvenes de todo el país podrían acceder a esta experiencia única de diseño, integración y lanzamiento.”

El valor de ensayar a escala
La cohetería experimental no es solo un pasatiempo para entusiastas. Es una disciplina técnica exigente, donde se integran conocimientos de aerodinámica, propulsión, electrónica embarcada, estructuras y recuperación. Ensayar a escala permite validar diseños, conocer el comportamiento del sistema completo y adquirir experiencia concreta que puede alimentar futuros desarrollos tecnológicos de mayor escala.
Desde ACEMA lo entienden con claridad. Estas jornadas construyen un ecosistema donde estudiantes, técnicos y aficionades pueden formarse, probar ideas y aportar a una cultura tecnológica nacional. Porque detrás de cada vuelo hay aprendizaje, comunidad y una posibilidad real de proyectar conocimientos hacia aplicaciones mayores.
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