Con el auge de las redes satelitales en el ámbito militar, Rusia y China desarrollan tácticas para neutralizar a Starlink y a sus competidores en una latente guerra electrónica espacial. Así lo revela el último informe de la Secure World Foundation (SWF), una organización especializada en políticas espaciales, que detalla el crecimiento global de las capacidades antisatélite.
El reporte titulado “Capacidades Globales de Contraespacio: Evaluación de Fuentes Abiertas” advierte que Starlink se convertió en un objetivo prioritario desde que demostró su utilidad militar durante la guerra en Ucrania, especialmente tras la invasión rusa en 2022.
Tobol y Kalinka, los “asesinos rusos de Starlink”
Desde mayo de 2024, las tropas ucranianas comenzaron a sufrir interrupciones en el servicio de Starlink. Según funcionarios ucranianos, esto se debería a pruebas activas del ejército ruso con nuevos sistemas de guerra electrónica.
Entre ellos, se destacan Tobol y Kalinka. Tobol fue diseñado para proteger satélites rusos frente a interferencias, pero ahora se estaría utilizando para bloquear señales de navegación y enlaces satelitales críticos.
Actualmente hay al menos siete complejos Tobol distribuidos por Rusia. Documentos filtrados del Pentágono indican que al menos tres de esas instalaciones estarían enfocadas directamente en interferir con Starlink sobre el este de Ucrania.
Pero es Kalinka el sistema que más preocupa a Estados Unidos y sus aliados. Esta plataforma de guerra de nueva generación puede detectar y cortar señales de satélites Starlink, con el objetivo de bloquear drones y comunicaciones militares ucranianas. Más aún, Kalinka tendría capacidad para identificar terminales conectadas a Starshield, la versión militar de Starlink desarrollada con mayores estándares de seguridad.
China apunta a futuras guerras electrónicas espaciales
Mientras Rusia pone a prueba sus capacidades en el campo de batalla, China avanza en el desarrollo de tecnologías antisatélite. El informe menciona un estudio de 2022 patrocinado por la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación chino, donde se recomienda de forma explícita invertir en capacidades para atacar constelaciones satelitales comerciales como Starlink en caso de guerra.
“La doctrina militar china insiste en tomar la iniciativa desde el primer momento de un conflicto”, advierte el documento. “Esto probablemente incluiría ataques contra redes satelitales para dejar al adversario sin comunicación ni navegación”.
La guerra electrónica espacial y la nueva frontera del conflicto
Además de Rusia y China, el informe analiza desarrollos contraespaciales en países como Estados Unidos, India, Australia, Francia, Irán, Israel, Japón, Corea del Norte, Corea del Sur y el Reino Unido.
Según autoridades estadounidenses, a medida que crece la dependencia de activos espaciales para operaciones militares, la competencia por controlar o negar el acceso al espacio será cada vez más feroz. En ese contexto, las empresas privadas como SpaceX no sólo serán actores estratégicos, sino también potenciales blancos en el tablero geopolítico del siglo XXI.
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