El Ejército de Estados Unidos quiere rastrear todos los movimientos desde y hacia la Luna, ya sea una aeronave o algún objeto desconocido, para detectar si se trata o no de alguna amenaza. 

La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) fue la encargada de presentar el proyecto para procesar señales ópticas que permitan la detección y seguimiento de objetos en el espacio cislunar (la región de espacio que se encuentra entre la Tierra y la Luna).

Actualmente, solo existen sistemas de rastreo de satélites y naves espaciales que se encuentran entre la órbita terrestre baja y la órbita geosincrónica. Pero no existen radares para aquellos objetos no identificados que se encuentran tan lejos como la Luna. 

DARPA presentó el proyecto llamado Track at Big Distances with Track-Before-Detect (TBD2). Su finalidad de “mejorar las capacidades de alerta temprana para las agencias civiles y de defensa que rastrean amenazas potenciales y objetos de interés que se originan o transitan por el espacio cislunar”. Si bien no está aclarado qué tipos de amenazas son, podemos asumir que busca tener una mayor vigilancia de los avances espaciales de China.

TBD2 planea crear algoritmos de software mediante los sensores ópticos que se encuentran actualmente disponibles comercialmente a bordo de naves espaciales. Las señales serán detectadas y procesadas a bordo de la naves espaciales para proporcionar un seguimiento de los objetos que se encuentren a una distancia de más de 1.400 millones de millas (2 gigametros).

Otras iniciativas en la Luna

El programa TBD2 no es la única iniciativa del gobierno norteamericano para controlar el espacio cislunar. El Comando de Sistemas Espaciales de la Fuerza Espacial de Estados Unidos y el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos están diseñando nuevas tecnologías de propulsión para crear naves espaciales que puedan proporcionar una conciencia situacional en la región que rodea la Luna.

El dominio lunar de EE.UU. se hizo evidente desde que retomó la idea de ubicar astronautas, bajo la misión Artemisa 3, antes de 2030. Por eso, la comunidad internacional está a la expectativa de quién será el primer país en alunizar sus ciudadanos. La potencia que lo logre podrá establecer las reglas de juego espacial. 

“A menos que algo cambie, es muy poco probable que Estados Unidos supere el cronograma proyectado por China”, declaró el ex administrador de la NASA Jim Bridenstine al Senado a comienzos de este año. 

Mike Gold, presidente de espacio civil e internacional de Redwire, le dijo al Senado que “veremos un realineamiento global que afectará nuestra economía, nuestra base impositiva, nuestra capacidad de innovar y nuestra seguridad nacional”. 

China se mantiene firme con su proyecto de llegar a la Luna para el año 2030. Mientras tanto la NASA tiene como objetivo hacerlo para 2027, aunque todavía hay escepticismo sobre si podrá lograrlo.

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