En medio de la tensión geopolítica en el Atlántico Sur y el debate por la privatización de activos estratégicos, legisladores opositores presentarán en el Congreso de la Nación dos iniciativas que apuntan a reforzar la soberanía argentina: limitar el ingreso de fuerzas militares extranjeras y proteger jurídicamente las centrales nucleares como bienes inalienables del Estado. Por ello, es importante dejar en claro por qué es tan importante para Argentina la energía nuclear.
Una segunda oportunidad
Tras varios años relegada a un segundo plano, principalmente tras el accidente de Fukushima en 2011, la energía nuclear está recuperando su prestigio: además de ser una importante fuente de producción de energía eléctrica, es una de las pocas que no emite gases de efecto invernadero.
Pero la tecnología nuclear no solo genera energía nucleoeléctrica, ya que la investigación y el desarrollo de aplicaciones de la tecnología nuclear con fines pacíficos se desarrolla en otras áreas como el agro, la industria y la medicina.
Es en este sentido que Argentina, pese a muchos de los problemas a los que se enfrenta, es un referente mundial en la materia. Un claro ejemplo de esto es que fue el primer país de América Latina en inaugurar una central nuclear.
La importancia de la energía nucleares en Argentina
Actualmente, Argentina cuenta con tres centrales nucleares operativas: Atucha I, Atucha II y Embalse. En total, suman 1.755 MW de potencia instalada, lo que representa un 4% de la capacidad total argentina.
Estas centrales aportaron en 2024 un récord de 10.449 GWh, equivalente al 7,35% de toda la generación eléctrica del país. En promedio, la energía nuclear contribuye con entre 5 y 8% de la electricidad argentina.
En América del Sur, solo Argentina y Brasil generan electricidad a partir de energía nuclear (el país vecino cuenta con 2 centrales: Angra 1 y 2). Por su parte, México, fuera de Sudamérica, tiene 2 reactores (Laguna Verde I y II).
Sin embargo, a la hora de desglosar los datos, en México y Brasil la energía nuclear “apenas” produce el 4,5% y 2,5% de la electricidad en esos países, respectivamente.
Las centrales nucleares argentina
Atucha I
La Central Nuclear Atucha I se inauguró en 1974 y es la primera central nuclear de América Latina. Está situada a 100 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la localidad de Lima, partido de Zárate.
Actualmente cuenta con una potencia eléctrica bruta de 362 MW y emplea como combustible mezcla de uranio natural (0,72%) y uranio levemente enriquecido al 0,85%.
La Central es refrigerada y moderada con agua pesada (D20). Es del tipo de reactores PHWR – reactor presurizado de agua pesada -.
Atucha II
Es una central nucleoeléctrica con una potencia bruta de 745 MW, a base de uranio natural y agua pesada. Está situada en el mismo complejo que la Central Nuclear Atucha I.
“Desde el punto de vista del diseño y construcción, es una Central moderna que cuenta con sistemas de seguridad actualizados; con el concepto de defensa en profundidad con barreras sucesivas; esfera de contención; separación física entre sistemas de seguridad, y un programa de vigilancia en servicio”, según la descripción oficial.
Embalse (Córdoba)
La Central Nuclear Embalse se encuentra situada en la costa sur del Embalse del Río Tercero, provincia de Córdoba, a 665 metros sobre el nivel del mar. La Central se encuentra a 110 km al sudoeste de la Ciudad de Córdoba y a 700 km de la Ciudad de Buenos Aires.
Embalse es una central de tipo CANDU (Canadian Uranium Deuterium) y pertenece al tipo de centrales de tubos de presión, que utiliza como combustible el uranio natural y su refrigerante y moderador es el agua pesada.
En promedio, a valores actuales de consumo per cápita, la Central suministra la energía suficiente para cumplir con los requerimientos de 3 a 4 millones de personas.
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