El vocero presidencial Manuel Adorni confirmó este martes 16 de septiembre que el Poder Ejecutivo firmará el decreto que pone en marcha la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A., la empresa estatal que opera las centrales nucleares del país. La medida forma parte de lo previsto en la Ley Bases, que incluyó a la compañía dentro de las sujetas a privatización.
El esquema definido contempla la venta del 44% de las acciones en un único bloque, a través de una licitación pública nacional e internacional. Al mismo tiempo, se implementará un programa de propiedad participada que habilitará la adquisición de hasta un 5% del capital accionario por parte de trabajadores de la empresa u otros actores previstos por ley.
En cuanto al Estado nacional, conservará el 51% restante, garantizando el control mayoritario de la sociedad.
Objetivos estratégicos
Según Adorni, la decisión responde a los lineamientos del plan nuclear argentino, actualmente bajo la conducción de Demian Reidel. Entre las metas del programa oficial figura la construcción del primer reactor modular argentino, y la extensión de la vida útil de las centrales existentes, que ya hoy aportan alrededor del 7% de la electricidad del país. Además, se espera que la inversión privada de impulso a la minería de uranio, con el fin de fortalecer la provisión de combustible nacional y reducir la dependencia de importaciones.
Nucleoeléctrica opera las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse, y tiene a su cargo el desarrollo de proyectos estratégicos en materia de energía nuclear. La apertura parcial al capital privado marca un giro en la política del sector, al buscar financiamiento externo sin perder el control estatal de la compañía.
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