En el marco de la nueva carrera espacial, China está avanzando en el desarrollo de una tecnología clave a la hora de intentar llegar por primera vez a la Luna: la Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada de China (CMSEO, por sus siglas en inglés) completó una prueba de aborto de su nave espacial Mengzhou, la primera en 27 años.

La secuencia de escape de altitud cero se realizó desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el noroeste de China. Con sólo la nave Mengzhou en la plataforma (sin cohete), los motores sólidos de la torre de aborto de la cápsula se encendieron durante aproximadamente 20 segundos.

En altitud, la torre de escape de Mengzhou se eyectó y un trío de paracaídas guió la nave de forma segura de vuelta a la superficie del desierto. CMSEO calificó la prueba de “éxito total”.

La importancia de la prueba de China

Pruebas como ésta permiten a los ingenieros de las naves espaciales verificar los sistemas de seguridad de las unidades sin poner en peligro la vida de las tripulaciones.

En caso de una emergencia en vuelo durante un lanzamiento real, la torre de escape de la cápsula de Mengzhou está diseñada para impulsar la nave espacial lejos del cohete con el fin de poner una distancia segura entre la tripulación y un posible accidente.

La nave espacial Orion de la NASA, responsable de transportar astronautas a la Luna como parte del programa Artemisa, se sometió a una prueba similar en 2019.

Ahora, el próximo paso probable para Mengzhou será una prueba de aborto en vuelo, transportada a mayor altitud por uno de los cohetes Long March.

El país está desarrollando el Long March 10 para las misiones operativas de Mengzhou, que será capaz de llevar tripulaciones a la órbita terrestre baja y orbitar alrededor de la Luna junto con su módulo de aterrizaje lunar Lanyue, que también está en desarrollo.

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