Blue Origin reveló avances en su arquitectura lunar con el desarrollo del transporter, un innovador vehículo de transferencia orbital que suministrará combustible al módulo de descenso Blue Moon Mark 2, parte del programa Artemisa de la NASA.
El proyecto Blue Moon consiste en una familia de módulos diseñados para transportar carga útil —y en el futuro, personas— a la superficie de la Luna. La NASA seleccionó su versión Mark 2 como uno de los vehículos que permitirán el regreso de astronautas al satélite natural en misiones tripuladas.
Como parte de esta infraestructura, la empresa de Jeff Bezos está construyendo un sistema logístico completo que incluye un nuevo vehículo orbital, el transporter. Los detalles del desarrollo se presentaron en la última reunión Consorcio de Innovación de la Superficie Lunar, una iniciativa impulsada por la NASA que reúne a científicos, empresas y universidades para probar nuevas tecnologías espaciales.

Un transporter para repostar en órbita lunar
El nuevo transporter será el encargado de trasladar propelentes criogénicos desde la órbita baja terrestre hasta la órbita de halo casi rectilínea (NRHO) alrededor de la Luna. Allí, transferirá hidrógeno líquido (LH₂) y oxígeno líquido (LOX) al módulo Blue Moon Mark 2, parte del programa Artemisa.
“El diseño del transporter cambió drásticamente desde que obtuvimos el contrato”, explicó John Couluris, vicepresidente senior de operaciones lunares permanentes en Blue Origin. Aunque su desarrollo iba a estar a cargo del National Team —el consorcio liderado por Blue Origin—, la compañía decidió concentrar el proyecto bajo su propia dirección.
El sistema se lanzará a órbita baja a bordo de un cohete New Glenn, y se reabastecerá utilizando el excedente de propelente de la etapa superior del mismo lanzador.
El diseño del transporter reutiliza tanques criogénicos de siete metros de diámetro, idénticos a los de la segunda etapa del cohete, para simplificar la producción. “No fabricamos tanques a medida, usamos la misma línea de ensamblaje”, señaló Couluris.
Tecnología criogénica de vanguardia a bordo del transporter
Uno de los desafíos tecnológicos más importantes es evitar la evaporación de los combustibles. Para ello, Blue Origin está desarrollando tecnología de “zero boil-off”, que permitirá mantener el hidrógeno a −253°C y el oxígeno a −183°C durante períodos prolongados.
“Sí, es extremadamente difícil de lograr”, admitió Couluris. Pero aseguró que ya integraron el primer prototipo del sistema junto a la NASA y lo colocaron en una cámara térmica de vacío para pruebas.
Según el cronograma actual, en junio demostrarán que pueden mantener los propelentes en estado líquido, y para diciembre comenzarán a construir las unidades de vuelo.
El potencial es enorme. Un transporter completamente cargado podrá trasladar hasta 100 toneladas métricas de propelente a la órbita lunar, un equivalente al peso de 15 elefantes adultos.
Además, con algunas modificaciones mínimas en los sistemas de comunicación, podría entregar hasta 30 toneladas métricas en órbita marciana. Esto lo convertiría en una plataforma logística clave para explorar el cinturón de asteroides e incluso el resto del Sistema Solar.
Blue Moon Mark 2: aún sin fecha, pero con ambición
El módulo Blue Moon Mark 2, que será alimentado por este transporter, forma parte del contrato de US$ 3.400 millones adjudicado por la NASA a Blue Origin en el marco del programa Human Landing System (HLS).
Aún no hay una fecha pública para su vuelo de prueba ni para el primer descenso tripulado. Sin embargo, desde la compañía aseguran que ambos eventos ocurrirán antes de que termine la década.
Mark 1: una versión robótica que aterriza este año
Mientras tanto, Blue Origin tiene planes más inmediatos con su módulo Blue Moon Mark 1, una versión robótica capaz de llevar hasta 3 toneladas métricas a la superficie lunar, adjudicado por la NASA dentro del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS). Este lander reutiliza tecnologías que ya estaban previstas para el Mark 2, como el motor BE-7.

Couluris confirmó que el Mark 1 será lanzado este año y alunizará en el polo sur lunar, región estratégica por su potencial de recursos.
Actualmente, la nave está en fase final de integración en Florida y será enviada al Centro Espacial Johnson para ensayos térmicos en vacío antes de volver a la costa este y embarcarse hacia el espacio en un New Glenn.
Además, ya se está construyendo un segundo Mark 1, con un retraso de entre seis y ocho meses respecto del primero. “Queremos tener hardware disponible. Si la primera misión falla, aprenderemos de ella y aplicaremos esas lecciones en la siguiente”, explicó Couluris.
Por su parte, Jacki Cortese, directora de espacio civil en Blue Origin, subrayó que toda la línea de producción del Blue Moon está concentrada en una instalación específica, diseñada para escalar hacia una capacidad industrial de producción en serie.
“Fue crucial comprar con anticipación todo el hardware necesario para las dos primeras misiones del Mark 1”, agregó Cortese, anticipando posibles demoras logísticas en la cadena de suministros.
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