El cohete Alpha de Firefly Aerospace sufrió un problema técnico mientras ascendía al espacio en su sexto vuelo. Y, como consecuencia del incidente, un satélite de Lockheed Martin, que debía colocarse en órbita, se estrelló en el Océano Pacífico.
La nave despegó desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California. Pero, unos dos minutos después del lanzamiento, la boquilla del motor en la parte superior de Alpha se rompió al intentar separarse del núcleo del cohete, “reduciendo sustancialmente el empuje del motor”.
“Los indicios iniciales mostraron que la etapa superior de Alpha alcanzó los 320 km de altitud. Sin embargo, tras una evaluación adicional, el equipo descubrió que la etapa superior no alcanzó la velocidad orbital, y la etapa y la carga útil ahora han impactado de manera segura en el Océano Pacífico en una zona despejada al norte de la Antártida”, detalló la empresa.
Durante el ascenso de Alpha, una transmisión en vivo de la compañía mostró varios fragmentos de escombros desprendidos del cohete. Así, contando los sucesos de este martes, cuatro de los seis vuelos Alpha desde 2021 han fracasado.
Firefly busca impulsar a Alpha
La misión Alpha fue la primera bajo un acuerdo entre Firefly y Lockheed para hasta 25 vuelos hasta 2029.
El satélite fue autofinanciado por Lockheed y llamado LM 400 Technology Demonstrator. Su objetivo es probar tecnologías que la empresa planea vender a otros clientes, como el Pentágono.
“Navegar por el riesgo e ir rápido son parte de estas demostraciones autofinanciadas”, dijo un portavoz de Lockheed. Además, agregó que la producción del satélite generó conocimientos que beneficiarán a futuros clientes.
Con Alpha, Firefly espera satisfacer la demanda del Departamento de Defensa de EE.UU. de lanzar cargas útiles de seguridad nacional al espacio. Alpha, de casi 30 metros de altura, es un cohete de dos etapas que puede entregar hasta 1.030 kg de carga útil a LEO.
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