Este fin de semana, tras meses de tensión, la cápsula Starliner regresó a la Tierra sin tripulación.
La cápsula de Boeing aterrizó de manera segura a las 12:01 a.m. del Este el sábado 7 de septiembre, después de estar acoplada a la Estación Espacial Internacional (EEI) unos tres meses.
Starliner aterrizó en White Sands Space Harbor, en el Campo de Misiles White Sands del Ejército de los EE. UU., en Nuevo México.
“Quiero reconocer el trabajo que hicieron los equipos de Starliner para garantizar un desacoplamiento, desorbitación, reingreso y aterrizaje exitosos y seguros”, dijo Mark Nappi, vicepresidente y gerente del Programa de Tripulación Comercial de Boeing.
Starliner ahora será trasportado al Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, donde los equipos de Boeing analizarán los datos de la misión.
Una misión complicada
Starliner llegó a la EEI a principios de junio con los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams, que se convirtieron en la primera tripulación en volar en la cápsula.
Sin embargo, durante el viaje de ida, cinco de los 28 propulsores de maniobra de Starliner fallaron, mientras que el mismo sistema de propulsión provocó varias fugas de helio, que se utiliza para presurizar los propulsores.
Por ello, la misión, que debía durar ocho días, se extendió más de tres meses y, tras debatirlo largamente, la NASA decidió que Starliner regresara de forma autónoma a la Tierra.
Por su parte, Wilmore y Williams, abastecidos con alimentos y suministros adicionales en la EEI, regresarán a la Tierra en un vehículo de SpaceX en febrero de 2025.
Starliner se desacopló de forma autónoma a las 6:04 p.m. ET (22:04 GMT) del viernes, comenzando un viaje de seis horas a la Tierra.
La cápsula regresó a la Tierra aparentemente sin problemas: reingresó a la atmósfera de la Tierra alrededor de las 11 p.m. ET a velocidades orbitales de aproximadamente 17,000 millas (27.400 km) por hora.
Unos 45 minutos después, desplegó una serie de paracaídas para ralentizar su descenso e infló un conjunto de bolsas de aire para, finalmente, aterrizar en el puerto espacial de White Sands.
Ahora, Boeing continuará su investigación sobre por qué los propulsores fallaron en el espacio aunque el módulo de servicio, que llevaba los propulsores defectuosos, se quemó en la atmósfera según lo planeado, lo que significa que la empresa se basará en pruebas simuladas para averiguar qué salió mal con el hardware.
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