CONAE logra un avance tecnológico para el Tronador II con la fabricación del primer motor regenerativo mediante manufactura aditiva

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En un paso trascendental para la industria espacial argentina, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la empresa VENG han logrado un hito tecnológico crucial al culminar con éxito la fabricación del primer motor regenerativo utilizando la vanguardista técnica de manufactura aditiva. Este logro, llevado a cabo en el Centro Espacial Teófilo Tabanera en Córdoba, consolida a la CONAE como líder en tecnologías espaciales a nivel mundial.

El proyecto Tronador II, dirigido por la CONAE, ha concluido la creación de la cámara de empuje del motor RS-2, utilizando por primera vez en Argentina la avanzada tecnología de manufactura aditiva. Este hito no solo representa un avance en la tecnología de propulsión del Tronador II, sino que también coloca a Argentina en la élite de las agencias espaciales que emplean métodos innovadores y eficientes.

Manufactura aditiva: La revolución en la producción de componentes espaciales

La manufactura aditiva se implementó inicialmente en el prototipo del motor RS-2 en las instalaciones del Centro Espacial Teófilo Tabanera. Este proceso, diseñado para validar la tecnología, allana el camino para la fabricación de una pieza similar, pero de mayores dimensiones, destinada al motor de segunda etapa del Tronador II, denominado RS-3, que contará con un empuje de tres toneladas. Este avance proyecta a Argentina como un actor clave en la carrera espacial internacional.

Brian Parola, subgerente de Vehículos Inyectores de la CONAE, destacó la relevancia de este logro: “Con este hito, hemos completado el desarrollo de la tecnología de manufactura aditiva y fabricado la primera cámara regenerativa completamente desarrollada en Argentina con esta técnica, mediante una impresora 3D y electrodeposición”. Este logro demuestra el dominio de la capacidad nacional para fabricar componentes fundamentales para el lanzador Tronador II.

La impresora 3D utilizada desempeñó un papel esencial en la fabricación de la parte interna de la cámara, compuesta por una aleación de cobre. Simultáneamente, se aplicó la técnica de electrodeposición para crear el revestimiento externo, utilizando aleaciones de níquel e impresiones de acero inoxidable. Este enfoque innovador garantiza la funcionalidad de la cámara regenerativa, un componente crítico para la propulsión del cohete.

Dentro del motor del lanzador, la cámara de combustión se destaca por contar con 36 inyectores swirl, marcando una mejora significativa en la eficiencia de la combustión para impulsar el cohete. Este diseño innovador supera a los motores prototipos anteriores, marcando una evolución crucial en el desarrollo del Tronador II.

Detalles del proyecto Tronador II

El cohete Tronador II se compone de dos etapas: la primera abarca el despegue y el vuelo inicial hasta los 100 kilómetros de altura. La segunda etapa se inicia tras la separación de la primera y lleva el motor que posicionará el satélite en su órbita. Se espera que el motor RS-3, fabricado con la misma tecnología, propulse la segunda etapa del lanzador Tronador II, junto con la turbobomba actualmente en desarrollo. Además, este motor también se empleará en el demostrador tecnológico TII-70, actualmente en proceso de desarrollo.

Este logro tecnológico no solo resalta las capacidades de CONAE y VENG, sino que involucra a más de 50 empresas e instituciones públicas del sistema nacional de ciencia y tecnología. Este esfuerzo colaborativo incluye a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), y las empresas INVAP y Valthe, entre otras.

El proyecto Tronador II, al impulsar la soberanía tecnológica, posiciona a Argentina para completar el ciclo espacial necesario para poner en órbita satélites diseñados y fabricados localmente. En un contexto donde solo 10 países dominan este ciclo, la CONAE está allanando el camino para ofrecer servicios espaciales no solo a nivel nacional, sino también para otras naciones de la región y el mundo. Este hito no solo representa un avance técnico, sino un símbolo de la capacidad innovadora de Argentina en el ámbito espacial.

La fabricación del Tronador II es posible gracias a las altas capacidades de la CONAE y VENG, contratista principal del proyecto, y a más de 50 empresas e instituciones públicas del sistema nacional de ciencia y tecnología, como la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), y las empresas INVAP y Valthe, entre otras.

El desarrollo del proyecto Tronador II permitirá que la Argentina complete el dominio de la tecnología espacial necesaria para poner en órbita satélites propios desde nuestro territorio, diseñados y fabricados en el país, y poder ofrecer servicios a otros países de la región y del mundo.

En la actualidad solo 10 países dominan el ciclo espacial completo. Esto significa tener la capacidad de fabricar satélites y sus lanzadores, y contar con capacidades de lanzamiento propia.

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