Desde hace años, Estados Unidos ha dejado en claro que planea enviar nuevamente astronautas a la Luna, aunque esta vez el objetivo es ir mucho más allá.

La última vez que la NASA envió astronautas al satélite natural fue en 1972, en el marco de la misión Apolo 17. Sin embargo, más de 50 años después de ese hito, la agencia espacial planea volver a la Luna en septiembre de 2026 con la misión Artemisa III.

Pero esta vez, la idea es estudiar el terreno para establecer una base allí, ya que el objetivo es utilizarla como trampolín final hacia Marte, aunque aún faltan varias décadas para lograrlo.

Por ello, en un momento en el que llegar al planeta rojo aún sigue pareciendo una odisea, es bueno recordar que este 25 de enero se cumplen 19 años del aterrizaje del rover Opportunity en Marte, una misión que fue histórica para la NASA.

El legado de Opportunity

MER-B (Mars Exploration Rover – B), también conocido como Opportunity, fue un robot que estudió Marte desde 2004 hasta 2018. Este fue el segundo de los dos vehículos robóticos de la NASA que aterrizaron con éxito en el planeta rojo ese año, tras lo logrado por su gemelo, MER-A (Spirit), el 3 de enero de 2004.

En un principio, Opportunity fue diseñado para resistir 90 días marcianos (un día marciano es un poco más largo que un día terrestre) y para recorrer 1 km.

Huellas dejadas por Opportunity en Marte, el 4 de agosto de 2010. Créditos: NASA / JPL-CALTECH

Sin embargo, superó ampliamente las expectativas, ya que sobrevivió más de 15 años y recorrió unos 45 km en Marte hasta que alcanzó su destino final en Perseverance Valley.

Debido a las tormentas de polvo, Opportunity dejó de comunicarse el 10 de junio 2018 y entró en hibernación el 12 de junio de ese mismo año.

Se esperaba que el rover despertara, pero una capa de polvo tapó sus paneles solares. Por ello, tras enviar decenas de mensajes y no recibir ninguna respuesta, la NASA dio por finalizada la misión el 13 de febrero de 2019.

Pero más allá del triste final, Opportunity dejó un importante legado:

  • Envió a la Tierra más de 217.000 imágenes.
  • Dejó al descubierto las superficies de 52 rocas, revelando superficies minerales frescas para el análisis.
  • Despejó 72 objetivos adicionales con un cepillo y los preparó para la inspección con espectrómetros y para un examen microscópico.
  • Encontró hematita, un mineral que se forma en el agua.
  • Halló fuertes indicios de la acción de agua antigua en el cráter Endeavour, similar al agua potable de un lago en la Tierra.
La sombra del Opportunity en Marte, el 26 de julio de 2004. Créditos: NASA / JPL-CALTECH

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