En 2021, el módulo de aterrizaje InSight de la NASA detectó ondas sísmicas en Marte, generadas por el impacto de un meteorito, lo que ahora le ha proporcionado a los investigadores nuevas pistas sobre el interior profundo del planeta.

Los nuevos datos sísmicos indican la presencia de una capa hasta ahora desconocida de roca fundida que rodea un núcleo metálico líquido -el componente más interno del planeta- que es más pequeña y más densa de lo estimado previamente.

El impacto del meteorito, que se produjo en una región montañosa llamada Tempe Terra, el 18 de septiembre de 2021, desencadenó un terremoto de magnitud 4,2 y dejó un cráter de unos 130 metros de ancho. 

Dicho terremoto ocurrió en el lado opuesto de la ubicación de InSight en Marte. Sin embargo, Amir Khan, científico que publicó el informe, explicó que “la importancia del impacto del lado lejano fue producir ondas sísmicas que atravesaron el interior profundo del planeta, incluido el núcleo”.

“Anteriormente, no habíamos observado ninguna onda sísmica que hubiera transitado por el núcleo. Sólo habíamos visto reflejos desde la parte superior del núcleo”, agregó.

En este sentido, el comportamiento de las ondas indicó que a evaluaciones anteriores del interior marciano les faltaba algo: la presencia de una capa de silicato fundido de aproximadamente 150 kilómetros de espesor que rodea el núcleo. Esta región fundida se encuentra en el fondo de la porción interior del planeta, llamada manto.

Imagen del sismómetro de InSight en la superficie marciana.

Los investigadores también recalcularon el tamaño del núcleo y descubrieron que tiene un diámetro de aproximadamente 3.350 km, con un volumen aproximadamente un 30% más pequeño de lo que se pensaba anteriormente.

Los investigadores dijeron que el manto se extiende aproximadamente 1.700 kilómetros debajo de la superficie y se estima que la mayor parte de esta capa está completamente fundida, con la parte superior parcialmente fundida.

El núcleo marciano está formado principalmente por hierro y níquel, pero también tiene algunos elementos más ligeros como azufre, oxígeno, carbono e hidrógeno.

Los investigadores concluyeron que estos elementos más ligeros constituyen alrededor del 9-15% de la composición del núcleo, menos de lo estimado anteriormente: “Esta cantidad de elementos ligeros no es diferente a la del núcleo de la Tierra, que se estima en alrededor del 10%”, sentenció Khan.

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