No es ninguna novedad que China planea enviar astronautas a la Luna en 2030 con el objetivo de, en algún momento, construir una base en el satélite natural.

Pero el gran problema para Pekín es que otros países, como Estados Unidos, lo acusan de querer “adueñarse” de la Luna, lo que eleva las tensiones en torno a la carrera espacial.

Por ello, intentando mejorar su imagen, el Gigante Asiático está sumando socios a su proyecto: esta semana, Bielorrusia se unió al programa de la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), el tercer país en inscribirse en lo que va de octubre.

A principios de octubre, Pakistán y Azerbaiyán se unieron al ILRS, un proyecto iniciado conjuntamente por China y Rusia en 2021 que buscará establecer un puesto avanzado habitado permanentemente en el polo sur de la Luna.

Las misiones lunares chinas planeadas para esta década establecerán una versión “básica” de la estación de investigación, seguidas de más misiones para construir una versión “completa”.

Así, se espera que para 2050 el ILRS sea una estación en pleno funcionamiento para la investigación lunar y, potencialmente, también una plataforma de lanzamiento para misiones tripuladas a otros planetas del sistema solar, entre ellos Marte. Actualmente, los países que forman parte del proyecto chino son Rusia, Venezuela, Sudáfrica, Azerbaiyán, Pakistán y Bielorrusia.

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