Pierre Agostini, el húngaro Ferenc Krausz y la francesa Anne L’Huillier ganaron el Premio Nobel de Física por estudiar cómo los electrones giran alrededor del átomo en minúsculas fracciones de segundos, un campo que algún día podría conducir a mejores dispositivos electrónicos o diagnósticos de enfermedades.

Históricamente, ha sido imposible aislar los electrones como consecuencia de lo rápido que se mueven. Sin embargo, al observar la más pequeña fracción de segundo posible, los científicos ahora tienen una visión “borrosa” de ellos, lo que abre nuevas posibilidades de estudio.

“Los electrones son muy rápidos y son realmente la fuerza laboral en todas partes. Una vez que puedas controlar y comprender los electrones, habrás dado un gran paso adelante”, dijo Mats Larsson, miembro del Comité del Nobel. 

La estructura de un átomo.

¿Cómo lo lograron?

Para comprender cómo viaja un electrón, los científicos tuvieron que observar un período de tiempo extremadamente corto (un quintillón de segundo conocido como attosegundo).

Por ejemplo, el latido del corazón dura un segundo, por lo que, para entrar al reino del attosegundo, habría que dividirlo por 1.000 unas seis veces.

L’Huillier, quinta mujer en recibir el Nobel de física, dijo que ahora “se puede ver si el electrón está en un lado de una molécula o en el otro, aunque todavía está muy borroso”.

“Los electrones se parecen mucho más a ondas, como ondas de agua, que a partículas y lo que intentamos medir con nuestra técnica es la posición de la cresta de las ondas”, agregó.

Por ahora, esta ciencia trata de comprender nuestro universo, pero la esperanza es que, en algún momento, tenga muchas aplicaciones prácticas en electrónica, diagnóstico de enfermedades y química básica.

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