En la noche del jueves 31 de agosto, pudo observarse un fenómeno que no volverá a ocurrir hasta 2037: la “Superluna azul”. Por un lado, el término “luna azul” es usado cuando vemos la Luna llena dos veces en un mismo mes.

El ciclo de la Luna es de 29,5 días; es decir, un poco más corto que la duración promedio de un mes calendario. Así, si hay una Luna llena al comienzo de un mes, puede darse el fenómeno de que haya una segunda Luna llena ese mismo mes, como ocurrió en agosto de 2023. Un dato a destacar es que, pese a su nombre, la Luna no es realmente de color azul.

La Super Luna Azul sobre la basílica de El Pilar, Zaragoza, España (EFE / Avier Belver).

Pero a esto se suma que la Luna viaja alrededor de la Tierra en una órbita elíptica, o un círculo alargado, con nuestro planeta más cerca de un lado de la elipse. Así, cada mes, el satélite natural pasa por el punto más cercano a la Tierra (perigeo) y el punto más alejado (apogeo).

Cuando la Luna está en su punto más cercano a la Tierra o cerca de él y al mismo tiempo es una Luna llena, el fenómeno se llama “superluna”.

Normalmente, el satélite está a una distancia de aproximadamente 405.000 km de la Tierra. Pero, en esta ocasión, estuvo situada a unos 360.000 km de distancia, por lo que pareció un 14% más brillante y más grande que su tamaño habitual.

Así, gracias a la combinación de estos fenómenos, el jueves 31 de agosto pudo observarse una “Superluna azul”, la cual no volveremos a ver hasta dentro de 14 años.

La Super Luna cruza el cielo de las columnas del palacio del Planalto, en Brasília (EFE/ Andre Borges).

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