Recientemente, la NASA publicó nuevas imágenes para anunciar que el Telescopio Espacial Nancy Grace Roman ya está completo. Esto es, la estructura, óptica e instrumentos del observatorio ya están integrados en la configuración final con la que volará. Ahora, comienza una etapa crítica: la campaña de ensayos finales antes de viajar a Florida para preparar el lanzamiento.
Según NASA, una vez finalizadas las pruebas, hacia mediados de 2026, el telescopio será trasladado al Kennedy Space Center para preparrlo para el lanzamiento. Y si bien la misión está proyectada para mayo de 2027, el equipo considera que podría adelantarse para fines de 2026 si el cierre de ensayos acompaña.

Roman es, en pocas palabras, una máquina de hacer mapas gigantes del universo con calidad tipo Hubble, pero a otra escala. Su espejo primario mide 2,4 metros, igual que el de Hubble. Sin embargo, su gran diferencial es el campo de visión, que es al menos 100 veces más amplio. Eso lo vuelve ideal para barrer grandes regiones del cielo y convertirlas en panoramas profundos, con millones de galaxias en una sola campaña.
La misión tiene tres ejes importantes: la energía oscura (cómo se acelera la expansión del universo y qué física la explica), los exoplanetas (especialmente los que hoy se nos escapan) y la astrofísica infrarroja de gran campo (la ciencia basada en encuestas masivas del cielo).

Dos instrumentos para mirar distinto
El corazón científico de Roman es el Wide Field Instrument (WFI), una cámara y espectrógrafo de gran campo que trabaja en visible e infrarrojo cercano. Técnicamente, es un instrumento de 300 megapíxeles pensado para relevamientos: muchos objetos a la vez, repetidos en el tiempo y con espectros para medir distancias, composición y evolución cósmica.
El segundo es el Coronagraph Instrument, un demostrador tecnológico que apunta a un viejo sueño: bloquear el brillo de una estrella para intentar ver directamente lo que la rodea, como planetas gigantes o discos de polvo. Roman no está “diseñado solo” para hacer planetas tipo Tierra por imagen directa, pero sí para empujar la tecnología que necesita la próxima generación de telescopios que lo intenten en serio.

Lanzamiento y destino
Roman irá al espacio en un Falcon Heavy de SpaceX y operará lejos de la Tierra, en el entorno del punto Sol–Tierra L2, a unos 1,5 millones de km. Es un buen barrio para observatorios, ya que es estable térmicamente, con buena geometría para apuntar y con menos interferencias que una órbita baja.
Con estas nuevas imágenes, la NASA confirma que el Roman ya no es un telescopio en construcción. Es un observatorio completo que entra en la última recta, antes de partir para estudiar el cosmos.
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