Un documento de la NDAA del año fiscal 2026 reveló una pieza nueva dentro del sistema satelital de alerta temprana de la Fuerza Espacial de Estados Unidos. Se trata de APS-A, una carga auxiliar clasificada destinada a los satélites Next-Generation Polar (NGP), la rama polar de Next-Gen OPIR. La construcción de la carga estará a cargo de Northrop Grumman, que también fabrica los satélites NGP.
En paralelo, el Congreso propuso un refuerzo de US$ 475 millones para el segmento polar del programa.

El sistema que mira lanzamientos en infrarrojo
OPIR (Overhead Persistent Infrared) es la arquitectura de satélites diseñada para detectar y seguir eventos térmicos asociados, entre otras cosas, a lanzamientos de misiles. Es una función de alerta temprana, con especial interés en la identificación rápida de objetivos, con continuidad y con resiliencia operativa.
El programa Next-Generation OPIR se construye por capas. Por un lado está la línea en órbita geoestacionaria (GEO), conocida como NGG, donde la Space Force prevé lanzar el primer satélite en mayo de 2026. Esa parte la fabrica Lockheed Martin, con payloads provistos por RTX.
La otra pieza es el segmento polar, NGP, destinado a cubrir el hemisferio norte desde una órbita altamente elíptica. Ese perfil orbital permite permanecer gran parte del tiempo sobre latitudes elevadas, lo que mejora la vigilancia sobre regiones donde la geometría es menos favorable para sistemas que dependen solo de GEO.
Northrop Grumman está construyendo dos satélites NGP. El primero tiene lanzamiento previsto para septiembre de 2028 y el segundo para septiembre de 2030.
APS-A, una carga auxiliar que el Congreso quiere dentro del programa
En ese marco aparece APS-A. Los legisladores lo describen como un carga auxiliar, pero solicitaron que quede incluida dentro del program of record, es decir, como parte formal del programa. Esto implica que la carga deja de ser un añadido opcional y pasa a tener requisitos, presupuesto y cronograma atados al núcleo del sistema.
Sobre sus características técnicas no hay datos públicos. Solo se sabe que la construirá Northrop Grumman, un actor experimentado en este tipo de misiones. La compañía participó en los payloads de SBIRS (Space-Based Infrared System), la constelación histórica de alerta temprana por infrarrojo de EE.UU., con satélites en GEO y sensores alojados en órbitas elípticas para cubrir altas latitudes.
Ese sistema está siendo reemplazado de manera progresiva por Next-Gen OPIR. Dentro de esa transición, NGP es el segmento polar que toma la posta del componente SBIRS-HEO, la cobertura desde órbitas altamente elípticas sobre el hemisferio norte.
Northrop también desarrolló satélites del Defense Support Program (DSP), una familia aún más antigua, con primeras misiones lanzadas en 1970. En estos sistemas, esa continuidad no es casual. La misión exige sensores y procesamiento de altísima confiabilidad, integrados en arquitecturas que deben seguir funcionando incluso bajo interferencias, fallas parciales o intentos de degradación deliberada.
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