Mientras el invierno se acerca y las fuerzas rusas ajustan su estrategia, el mando ucraniano admite que el frente atraviesa una fase crítica. El comandante de la Guardia Nacional, Oleksandr Pivnenko, advirtió que el país necesita más drones, mejor coordinación y una adaptación táctica más veloz para impedir nuevas pérdidas territoriales.
Aunque Rusia mantiene superioridad en cantidad de tropas tras casi cuatro años de guerra, ambos bandos operan hoy con paridad tecnológica en sistemas no tripulados en varios sectores clave del frente. El problema, según Pivnenko, es que esa tecnología debe emplearse con mayor densidad y eficiencia.
“El barro complica el movimiento de vehículos, y en estas condiciones el enemigo avanza más a pie. Necesitamos bloquear esas infiltraciones antes de que alcancen nuestras líneas”, señaló el comandante. El periodo de otoño-invierno vuelve intransitables los caminos; recién con el suelo helado mejora la maniobrabilidad.
La guerra cambió: del artillería masiva a los enjambres de drones
La línea de contacto supera los 1.200 kilómetros, y Moscú controla aproximadamente el 19% del territorio ucraniano. Pero lo más relevante, según Pivnenko, es la transición hacia un combate dominado por drones que patrullan permanentemente sobre las posiciones enemigas.
El general, que combatió en Bajmut, recuerda que la ciudad cayó en 2023 tras meses de artillería y combate urbano. Hoy, la lógica es distinta. En Pokrovsk —donde sus unidades defienden la ciudad— los rusos avanzan en pequeños grupos y emplean drones para vigilancia, corrección de fuego y ataques directos, acelerando la progresión en zonas urbanas.
La falta de personal hace más difícil frenar esas tácticas. Por eso, afirma, Ucrania debe acelerar la integración tecnológica y reorganizar cómo gestiona su flota de drones.
Coordinación por “capas” y estructura militar modernizada
Pivnenko propone un sistema escalonado de operaciones: operadores cercanos a la línea de contacto, unidades intermedias y equipos de largo alcance trabajando de manera integrada, sin superposiciones. El objetivo es evitar la duplicación de misiones y optimizar recursos.
Desde 2023, el comandante impulsa una reforma en la Guardia Nacional que abandona el modelo de brigadas aisladas para adoptar cuerpos operativos, con mayores niveles de control y de mando. Actualmente lidera los cuerpos Azov y Khartia, dos de las unidades más experimentadas del país.
Según él, esta reorganización no solo mejora la coordinación táctica, sino que impulsa la promoción de jóvenes comandantes con experiencia en combate, más propensos a tomar decisiones rápidas en un entorno bélico altamente dinámico.
“En una guerra moderna no hay margen para quedarse quietos. La flexibilidad es esencial. O actuás, o perdés la iniciativa”, sintetizó.
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