Exitoso segundo vuelo del New Glenn: Blue Origin entra al club de la reutilización de cohetes y envía a Marte su primera misión científica

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New Glenn Blue Origin NG-2

Blue Origin acaba de hacer lo que llevaba más de una década prometiendo: poner en vuelo a su cohete pesado New Glenn, recuperar su primera etapa y, de paso, lanzar una misión interplanetaria de la NASA. El vuelo NG-2 no fue solo otro lanzamiento exitoso, fue el momento en que la empresa de Jeff Bezos se metió de lleno en la liga mayor de la reutilización de cohetes, un territorio que hasta ahora ocupaba prácticamente en solitario SpaceX.

El lanzamiento se produjo este jueves 13 de noviembre a las 17:55 (hora de Argentina) desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral. Fue el segundo vuelo orbital de New Glenn, un lanzador de 98 metros de altura y 7 metros de diámetro, diseñado para poner alrededor de 45 toneladas en órbita baja y competir en el segmento de cohetes pesados comerciales.

Tras varios aplazamientos por mal clima, la ventana de hoy se abrió con condiciones estables. En el conteo final, los siete BE-4 de la primera etapa, alimentados con metano y oxígeno líquido, pusieron en ascenso al New Glenn desde la Costa de Florida. Tres minutos después se produjo el apagado de motores (MECO) y la separación de etapas. Entonces, la segunda etapa, con sus dos BE-3U criogénicos de hidrógeno y oxígeno líquidos, completó el ascenso y colocó la carga en la órbita prevista.

El aterrizaje que cambia el partido para Blue Origin

La primera etapa, identificada como GS1-SN002, ejecutó la secuencia de retorno que la compañía viene ensayando desde la época del suborbital New Shepard. Tras separarse, el booster realizó una corrección de trayectoria y siete minutos después del despegue encendió de nuevo tres BE-4 para la maniobra de reentrada.

En los últimos instantes del descenso, ya sobre el Atlántico, a unos 600 km mar adentro, se activó el encendido final de frenado. El booster se posó de forma controlada sobre la cubierta de la barcaza Jacklyn, transformándose en un nuevo lanzador pesado reutilizable. Es el primer aterrizaje exitoso de una primera etapa de New Glenn y marca el ingreso formal de Blue Origin al club de los lanzadores orbitales reutilizables, hasta ahora dominado por el Falcon 9 de SpaceX.

El plan de la empresa es que cada booster pueda volar hasta 25 veces, reduciendo costos y aumentando la cadencia de lanzamientos. Con NG-2, ese objetivo deja de ser una promesa y se convierte en un camino operativo.

Unos 33 minutos después del lanzamiento, la segunda etapa de New Glenn completó su trabajo y liberó a las otras dos protagonistas del día: las sondas gemelas Blue y Gold, que conforman la misión ESCAPADE (Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers) de la NASA. La misión, parte del programa SIMPLEx, viajará a Marte para estudiar la interacción del viento solar con la magnetosfera fragmentada del Planeta Rojo.

New Glenn en la era de la reutilización

Para la NASA, NG-2 es la demostración de un modelo de trabajo que combina plataformas interplanetarias comerciales, servicios de lanzamiento privados y misiones científicas de bajo costo sin resignar ambición científica. Para Blue Origin, es la prueba de que su arquitectura parcialmente reutilizable funciona en un entorno real y con una carga de alto perfil.

NG-2 llega con pista larga por delante. New Glenn ya tiene en agenda los lanzamientos de la constelación Kuiper de Amazon, contratos de seguridad nacional bajo el programa NSSL, acuerdos comerciales como el de AST SpaceMobile y un lugar en el catálogo de lanzadores de la NASA. Si el booster que hoy despegó y retornó a la Tierra puede repetir la hazaña una y otra vez, el juego de los grandes cohetes reutilizables deja de ser un monólogo y pasa a tener, por fin, un nuevo protagonista.

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