La Comisión Europea presentó esta semana la estrategia European Democracy Shield, un plan integral destinado a fortalecer la resiliencia democrática del bloque frente a las campañas de desinformación, las fake news, y la manipulación informativa impulsada por actores extranjeros.
La iniciativa llega en un contexto de creciente preocupación por las injerencias digitales en los procesos electorales nacionales y regionales. En palabras del comisario de Justicia, Michael McGrath, “los riesgos son muy altos. La defensa de nuestros valores comunes requiere una respuesta coordinada y eficaz”.
Los grandes actores tecnológicos —Google, Microsoft, Meta, TikTok y X— ya están sujetos a la Ley de Servicios Digitales (DSA) desde 2022. Sin embargo, el nuevo plan europeo busca que vayan más allá. Deberán mejorar la detección y el etiquetado de contenido manipulado o generado por IA, así como responder con mayor rapidez ante operaciones coordinadas de desinformación.
El protocolo de crisis de la DSA, incluido dentro del nuevo esquema, permitirá coordinar de manera ágil la respuesta entre autoridades nacionales y plataformas online ante incidentes de gran escala. Además, quienes formen parte del Código de Conducta voluntario sobre desinformación estarán sujetos a una supervisión más estricta.
Influencers y ciudadanía digital
El plan también reconoce el papel que juegan los influencers en la formación de opinión pública. Por eso, la Comisión propone crear una red voluntaria de creadores de contenido que actúe como aliada en la promoción de valores democráticos y la difusión de información verificada durante períodos electorales.
Junto a ello, se impulsará la alfabetización digital en todos los niveles educativos y la creación de un Centro Europeo de Resiliencia Democrática, que coordinará recursos, conocimientos e intercambio de información entre los Estados miembros.
Críticas y desafíos
Expertos en medios y derechos digitales destacan la importancia de la iniciativa, pero advierten sobre sus limitaciones. El carácter voluntario de varios compromisos y la falta de sanciones concretas podrían reducir su eficacia.
Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras señalan que la lucha contra la desinformación no puede depender exclusivamente de las plataformas tecnológicas. También requiere fortalecer el periodismo independiente y garantizar el acceso ciudadano a información confiable.
Además, la inclusión de influencers plantea desafíos éticos. La línea entre la promoción institucional y la propaganda política puede volverse difusa si no se establecen reglas claras de transparencia.
Tal vez te interese: Desactivar Facebook por unas semanas, reduce la creencia en fake news, según un estudio de Meta






