China se prepara para probar el Long March 10, su nuevo cohete para misiones tripuladas a la Luna, en 2026

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China Long March

China confirmó que planea realizar en 2026 el primer lanzamiento del Long March 10, un cohete de nueva generación diseñado para misiones tripuladas a la Luna. El vuelo también servirá para ensayar la nave Mengzhou, la cápsula que transportará a los futuros astronautas chinos hacia la superficie de nuestro satélite.

La noticia fue anunciada por el Programa de Vuelos Espaciales Tripulados de China (CMSEO), durante una conferencia de prensa en el centro espacial de Jiuquan. El vocero del programa chino, Zhang Jingbo, informó allí que el cohete Long March 10, la nave tripulada Mengzhou, el módulo de alunizaje Lanyue, el traje lunar Wangyu y el vehículo de exploración lunar ya completaron la fase de prototipos. Según explicó, el conjunto de sistemas está listo para iniciar las pruebas integradas de vuelo, lo que marca un paso decisivo en la preparación del programa lunar oriental.

Zhang también adelantó que en 2025 se organizarán concursos para los emblemas oficiales de las próximas misiones tripuladas, incluyendo la primera Mengzhou-1, una señal directa de que el vuelo inaugural de la nueva cápsula se encuentra en el calendario del próximo año. Aunque no se precisó si el lanzamiento será tripulado, se espera que el ensayo incluya una misión en órbita terrestre para validar la performance del vehículo.

El anuncio coincide con el cronograma estadounidense de la misión Artemisa 2, que busca enviar una tripulación a sobrevolar la Luna a comienzos de 2026. La coincidencia de fechas refuerza la competencia tecnológica y política entre las dos potencias en el nuevo escenario de exploración lunar.

El nuevo cohete insignia

El Long March 10 se convertirá en el vector más potente del programa espacial chino. La versión destinada a vuelos lunares medirá 92,5 metros de altura. Estará compuesta por tres cuerpos principales de cinco metros de diámetro, cada uno propulsado por siete motores YF-100K de queroseno y oxígeno líquido. Se trata de una configuración similar a la de los grandes cohetes occidentales, con capacidad para enviar a la órbita lunar tanto la nave Mengzhou como el módulo de descenso Lanyue.

China ya había ensayado una versión a escala de la cápsula en 2020, durante un vuelo de prueba con el cohete Long March 5B. Ese experimento sirvió para validar la estructura, el escudo térmico y los sistemas de recuperación del vehículo. La versión definitiva, sin embargo, tendrá mayor volumen interno y estará optimizada para misiones de larga duración.

Pruebas y próximos pasos

El programa lunar chino avanzó en los últimos meses con una serie de ensayos fundamentales. Se realizaron pruebas de encendido en banco del primer estadio del Long March 10, un test de aborto en plataforma para comprobar el sistema de escape de la Mengzhou y un ensayo de despegue y aterrizaje del módulo Lanyue. Las próximas fases incluirán una prueba de encendido completo del cohete, vuelos atmosféricos de baja altitud y ensayos térmicos y estructurales a máxima carga dinámica.

El CMSEO no publicó un cronograma detallado, pero indicó que el desarrollo mantiene el ritmo previsto. Zhang Jingbo reafirmó el objetivo de lograr un alunizaje tripulado antes de 2030 y advirtió que los desafíos técnicos son de gran magnitud. “Todavía hay tecnologías nuevas que deben verificarse. El volumen de trabajo es enorme, los estándares de calidad son exigentes y el cronograma de vuelos está ajustado”, expresó.

El vocero del CMSEO confirmó además que el programa espacial chino incorporará participación comercial en varias de sus etapas. Empresas privadas del país colaborarán en el desarrollo de cargueros de bajo costo para la estación Tiangong, rovers lunares y satélites de observación. También se prevé aplicar este modelo de competencia en las futuras plataformas científicas que operarán en la superficie lunar.

Según Zhang, el objetivo es aprovechar la capacidad tecnológica de las compañías nacionales y acelerar el desarrollo mediante un esquema de innovación abierta, en línea con la estrategia de cooperación público-privada que impulsa la NASA en Estados Unidos.

Una nueva fase en la carrera lunar

El Long March 10 y la nave Mengzhou representan el núcleo del programa con el que China busca llevar por primera vez astronautas a la Luna antes de que termine la década. Si el primer vuelo de 2026 resulta exitoso, el país habrá superado una de las etapas más complejas del proyecto. A partir de entonces, comenzará la fase final de pruebas integradas y ensamblaje en vuelo, que definirá si el gigante asiático logra cumplir su objetivo en el calendario previsto.

El mensaje de Pekín es claro: la nueva carrera lunar ya no es una aspiración, sino una realidad en marcha.

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