Por Melina Blanco
El pasado miércoles 8 de octubre, el Centro Cultural de la Ciencia fue escenario de la Jornada Espacial Argentina 2025, organizada por Constelar Space en el marco de la Semana Mundial del Espacio. Durante la mañana se sucedieron charlas que reflejaron el talento local y el interés por consolidar una política espacial sostenida, colaborativa y con proyección internacional.
Una jornada de puro aprendizaje
La jornada comenzó con la participación de Noel De Castro, primera candidata oficial argentina a astronauta. Esta compartió una reflexión que marcó el tono del encuentro:
“Mi misión no es solamente llegar al espacio, sino promover a la Argentina, visibilizar su talento y contribuir a impulsar nuestra industria espacial.”
Luego, Juan Pablo Cuesta (CONAE), junto a Gabriel Sança (UNSAM), Fernando Filippetti (UBA) y Francisco Pasquevich (UNLP), presentaron la Misión Atenea. Esta es una iniciativa que busca enviar un experimento universitario argentino a la superficie lunar. El proyecto —fruto de la colaboración entre la CONAE y varias universidades nacionales— combina desarrollo tecnológico, investigación científica y formación estudiantil. Los oradores destacaron la importancia de la organización, la eficiencia en la gestión de equipos y la fijación de metas comunes para avanzar hacia un objetivo tan ambicioso como inspirador: alcanzar la Luna con desarrollo nacional.
En la charla siguiente, Erwin Beccari (XSAM + UNSAM) habló sobre la formación de ingenieros en sistemas espaciales en el marco del New Space. En ella destacó la filosofía CDIO (concebir, diseñar, implementar y operar) como una manera de aprender haciendo, con proyectos reales desde el inicio. Remarcó que formar a las nuevas generaciones requiere enseñar distinto a como se hacía décadas atrás, impulsando una educación más práctica, flexible y conectada con los desafíos actuales de la industria espacial.
El ingeniero Andrés Di Donato (CNEA) presentó los avances en microtecnología aplicada al ámbito espacial, un área que permite el desarrollo de microsensores, sistemas microfluídicos y componentes de alta precisión. Explicó cómo dominar la materia en la microescala puede abrir nuevas oportunidades no solo en el espacio, sino también en campos como la salud o la alimentación.
Más tarde, María José De Castro (Minería Positiva) abordó el vínculo entre la neurociencia y la adaptación humana al espacio. Planteó cómo las condiciones extremas de microgravedad desafían la fisiología y el comportamiento, y qué implicancias tiene comprender esos procesos para futuras misiones de larga duración.
Combinando la mirada espacial con la terrestre, Sandra Torrusio (UNLP) y Leonel Pacheco (MACN + CONICET) presentaron la charla “Del fondo del mar argentino al infinito”. En ella mostraron cómo las observaciones satelitales permiten explorar la biodiversidad marina y comprender las dinámicas del ecosistema costero, enseñándonos cómo las tecnologías espaciales pueden convertirse en una herramienta clave para proteger y gestionar el ambiente desde una perspectiva integral, uniendo ciencia, innovación y compromiso ambiental.
El bloque dedicado a la cohetería argentina trajo energía y entusiasmo al auditorio. Gustavo Rip y Sergio Otero (ACEMA), junto a Fabrizio Curto (EAME CÓNDOR), contaron las experiencias del programa CANSAT. Este involucra a escuelas y universidades en el diseño, construcción y lanzamiento de un satélite funcional del tamaño de una lata de gaseosa.
Este dispositivo debe cumplir múltiples misiones científicas y técnicas, simulando una misión espacial real en miniatura. Más allá del logro técnico, subrayaron el valor educativo del proyecto. El objetivo es motivar a los jóvenes a acercarse a la ciencia y soñar con construir sus propios cohetes, despertando vocaciones científicas en todo el país.
Les siguieron los jóvenes del equipo CANSAT 2025 del ITBA, quienes relataron y nos mostraron su experiencia representando a la Argentina en el programa educativo internacional que tuvo lugar en Virginia, Estados Unidos, el cual reunió a los mejores equipos universitarios del mundo.
El equipo argentino fue el único representante de América Latina y logró posicionarse en el primer lugar entre 34 equipos internacionales. En la competencia superaron a universidades de países como Estados Unidos, Turquía, Canadá, India y Taiwán.
Este reconocimiento no solo honra el talento de nuestro país, sino que reafirma el valor de una formación comprometida con la excelencia.
El cierre de la jornada
El cierre estuvo a cargo de Sol Maldonado, quien repasó la trayectoria de INVAP y su papel en el desarrollo del sector espacial argentino. Mencionó las misiones SAC, ARSAT, SAOCOM y el futuro SABIA-Mar. Este último es un satélite diseñado para el estudio del océano y las costas que reafirma el compromiso argentino con la observación de la Tierra y el cuidado ambiental desde el espacio.
Con un tono cercano y entusiasta, invitó al público a sentirse parte de ese camino colectivo, construido entre científicos, técnicos, docentes y estudiantes que apuestan por un mismo horizonte. Su mensaje final resumió el espíritu de toda la jornada:
“Argentina tiene la capacidad. Tiene la visión. Y tiene el futuro. Ustedes son parte de él — porque el espacio no se hereda, se construye.
El futuro espacial es argentino.”
Y lo cierto es que su mensaje no podría resumirlo mejor: Argentina tiene con qué, y tiene hacia dónde. Es cuestión de seguir construyendo y trabajar juntos para que ese futuro, el que ya comenzamos a formar, siga creciendo.
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