Este mes de octubre se cumplió el quinto aniversario desde que Estados Unidos y siete otros países firmaron los Acuerdos Artemisa, un acuerdo que define principios de conducta en la exploración espacial. Las naciones fundadoras fueron Australia, Canadá, Italia, Japón, Luxemburgo, Emiratos Árabes Unidos y Reino Unido.
Al respecto, Sean Duffy, administrador interino de la agencia, aludió a través de sus redes sociales: “Juntos estamos comprometidos con una exploración pacífica, segura y transparente de la Luna y más allá”.
Expansión del acuerdo y avances en Sydney
Desde aquella firma inicial, el número de países adheridos ha crecido enormemente. Actualmente sostienen los Acuerdos Artemisa 56 naciones, siendo Senegal la última en sumarse en julio.
Durante el Congreso Astronáutico Internacional (IAC) celebrado en Sydney, representantes de 39 de esos 56 países se reunieron el 29 de septiembre en una sesión privada. Bajo la coordinación conjunta de Australia, EE.UU. y los Emiratos Árabes Unidos, debatieron la puesta en práctica de varios apartados del acuerdo, entre ellos las “zonas de seguridad” y la interoperabilidad entre misiones.
Amit Kshatriya, administrador asociado de la NASA, destacó la urgencia de esos debates. “A medida que avanzamos para volver a la Luna a comienzos del próximo año con tripulación humana —por primera vez desde 1972— es cada vez más importante que estos temas estén sobre la mesa”.
Desafíos: interferencia, residuos orbitales y participación
Uno de los asuntos más espinosos fue el de la no interferencia, planteo central en las normas de deconflicción espacial. Ahmad Belhoul Al Falasi, ministro de los Emiratos y presidente de la junta de la Agencia Espacial de ese país, explicó que aunque las “zonas de seguridad” están contempladas en los Acuerdos, su definición concreta plantea dudas. ¿Qué tamaño deben tener? ¿Qué se considera interferencia perjudicial?
También se discutieron escenarios hipotéticos que involucran a países o empresas dentro y fuera del marco de los Acuerdos, aunque sin detallar cómo esos casos influyeron en las deliberaciones.
Otro punto clave fue el intercambio abierto de datos científicos, un principio esencial del acuerdo. Kshatriya anticipó que la NASA realizará un taller en el próximo año centrado en transparencia como eje principal.
En cuanto a los desechos espaciales alrededor de la Luna, Enrico Palermo, director de la Agencia Espacial Australiana, advirtió que la Luna carece de atmósfera, por lo que los objetos no reingresan ni se incineran. Tampoco hay muchas órbitas estables. “Preservar órbitas lunares y mantenerlas sostenibles para todos los países fue uno de los focos”, señaló.
Una meta estratégica es sumar más países al pacto y lograr su participación activa. “Queremos que más naciones se sumen y exploren con nosotros”, afirmó Kshatriya.
Al Falasi agregó que algunos miembros aún buscan aportar algo significativo al acuerdo. En ese sentido, un taller próximo en Perú explorará mecanismos para que todos los firmantes puedan tomar parte efectiva de las decisiones.
Un detalle pendiente es la falta de transparencia pública sobre los acuerdos internos. Cuando se le preguntó si emitirían un comunicado con conclusiones y recomendaciones, Al Falasi respondió que esa responsabilidad recae sobre la NASA. Kshatriya aclaró que se publicará un documento “tan pronto como consolidemos las recomendaciones y definamos un plan para el siguiente taller” en Perú.
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