La NASA informó el lunes 13 de octubre que su Jet Propulsion Laboratory (JPL) realizará una drástica reducción de personal, despidiendo a aproximadamente 550 empleados. Según la agencia, esta decisión no responde al cierre parcial del gobierno —que ya afectó a más de 15.000 trabajadores federales—, sino que forma parte de una profunda reestructuración interna iniciada en junio.
“Estamos ajustando el tamaño del JPL para posicionarlo mejor hacia el futuro”, señala el comunicado oficial, que agrega que los despidos abarcarán áreas técnicas, comerciales y de soporte. Los afectados serían notificados el martes 14 de octubre.
El JPL es responsable de misiones emblemáticas de la NASA. Desde el rover Perseverance en Marte, hasta la misión Psyche (asteroide metálico), el Europa Clipper, el telescopio espacial Euclid (buscador de materia oscura), y la Red de Espacio Profundo, que vincula las sondas interplanetarias con la Tierra.
Dave Gallagher, quien dirige actualmente el laboratorio, reconoció la dimensión del cambio en un correo interno. “No es fácil, pero estas medidas permitirán al JPL transformarse al ritmo necesario para cumplir con nuestras ambiciones espaciales”, afirmó.
Este recorte se suma a otras olas anteriores. Bajo la administración Trump, se estiman unos 855 despidos durante varias etapas, y se obligó a empleados remotos o con esquemas híbridos a volver al trabajo presencial o arriesgar su continuidad laboral.
No es solo el JPL: el futuro de la NASA, bajo el filo del presupuesto
La propuesta de presupuesto para 2026 del gobierno de Trump pondría en jaque la estabilidad de la NASA. El plan contempla una reducción del 24% en el presupuesto global de la agencia, con recortes aún más severos para su programa científico, hasta un 47%.
Este ajuste drástico implicaría cancelar al menos 41 misiones científicas —un tercio de la cartera activa—. Entre ellas, se inlcuyen iniciativas del retorno de muestras de Marte, la misión Juno y proyectos próximos como el telescopio espacial Nancy Grace Roman.
Además, la propuesta presupuestaria sugiere reducir el personal de la NASA no alineado con los objetivos vigentes de la administración. Diversos legisladores y científicos ya cuestionan la legalidad de aplicar recortes antes de que el Congreso apruebe oficialmente el presupuesto. Mientras tanto, muchas operaciones de la NASA permanecen suspendidas en tanto los legisladores buscan una salida al cierre parcial del gobierno.
Para mantener en funcionamiento aspectos vitales como la Estación Espacial Internacional, satélites críticos y los preparativos de las misiones Artemisa, solo una fracción del personal está “exceptuada” del recorte.
Los recortes propuestos deben pasar por el Congreso antes de entrar en vigencia. Hasta ahora, al menos un subcomité de la Cámara de Representantes ya rechazó los drásticos recortes planteados para la NASA.
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