La Universidad Purdue, reconocida mundialmente como la “cuna de los astronautas”, prepara un nuevo salto hacia el espacio. En 2027 llevará adelante la misión Purdue 1, un vuelo suborbital en colaboración con Virgin Galactic que combinará investigación científica y participación académica.
El historial de Purdue en la exploración espacial es notable. Veintiocho de sus graduados han volado al espacio o fueron seleccionados como astronautas. Entre ellos figuran nombres históricos como Neil Armstrong, Gene Cernan, Roger Chaffee y Gus Grissom, junto con integrantes de la nueva clase de astronautas de la NASA, Adam Fuhrmann y Yuri Kubo. Con la misión Purdue 1, la universidad refuerza su vínculo con la conquista del espacio y amplía una tradición que la distingue desde hace décadas.

Un laboratorio en microgravedad
El vuelo llevará cinco pasajeros y dos pilotos. Entre los tripulantes confirmados estarán Steven Collicott, profesor de ingeniería aeroespacial de Purdue, la estudiante de posgrado Abigail Mizzi y el exalumno Jason Williamson. Además, se sumarán otros dos graduados aún por anunciar. Para este viaje, la nave reducirá de seis a cinco el número de asientos disponibles a fin de dar espacio a las cargas experimentales.
Collicott se enfocará en estudiar cómo los líquidos se distribuyen sobre superficies en condiciones de ingravidez, mientras que Mizzi analizará la oscilación de líquidos en microgravedad. Ambos experimentos buscan aportar datos claves para el desarrollo de sistemas de soporte vital, tecnologías de cultivo en órbita y futuros equipos destinados a misiones de larga duración.
“Poder interactuar en tiempo real con los experimentos no solo impulsa la ciencia, también potencia la formación de la próxima generación de innovadores”, destacó Mike Moses, presidente de Virgin Galactic Spaceline y exalumno de Purdue.
¿Cómo será el vuelo?
El sistema de Virgin Galactic utiliza un avión nodriza que transporta la nave espacial hasta una altitud de unos 15.000 metros. Allí se libera y enciende su motor cohete, alcanzando la frontera del espacio suborbital antes de regresar planeando para aterrizar en una pista terrestre.
La compañía llegó por primera vez al espacio en 2018 y realizó su primer vuelo completamente tripulado en 2021, con Richard Branson a bordo. Hasta junio de 2024 había completado siete vuelos comerciales, pero actualmente mantiene sus operaciones en pausa para introducir la nueva generación de naves, conocidas como clase Delta, que comenzarán a volar en 2026. Purdue 1 será parte de esta etapa renovada.
El precio de referencia de un asiento en la nave VSS Unity, el modelo anterior, era de US$ 600.000. Los valores para la clase Delta aún no se confirmaron, aunque se prevé que sean más elevados.
En el caso de Purdue 1, el pasaje de Collicott estará financiado por la NASA gracias a un concurso de propuestas del programa Flight Opportunities. El de Mizzi será cubierto mediante donaciones recibidas por la universidad, mientras que los tres exalumnos abonarán sus propios lugares.
Un paso más en la frontera educativa
La misión Purdue 1 representa un hito para la universidad, que no solo refuerza su tradición en el ámbito espacial, sino que también abre nuevas puertas para la investigación académica en condiciones de microgravedad. Para Virgin Galactic, la iniciativa muestra cómo la educación y la ciencia pueden integrarse en la exploración espacial, consolidando un modelo en el que la frontera final deja de ser patrimonio exclusivo de astronautas profesionales y se convierte en un entorno de aprendizaje y descubrimiento.
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