El 13 de abril de 2029, el asteroide Apofis, un gigante rocoso de 340 metros de diámetro, pasará rozando la Tierra a una distancia menor que la de los satélites ARSAT. Será un espectáculo visible a simple vista para más de 2.000 millones de personas y, al mismo tiempo, una oportunidad científica única: tres misiones internacionales ya están en camino o en preparación para estudiarlo en detalle.
Ramsés: la apuesta europea
La Agencia Espacial Europea (ESA) impulsa la misión Ramsés (Rapid Apophis Mission for Space Safety). Según explicó la investigadora italiana Monica Lazzarin de la Universidad de Padua durante el congreso EPSC-DPS en Helsinki, Ramsés despegaría en 2028 con el objetivo de analizar la órbita, el estado de rotación, la estructura interna y los cambios superficiales que provoque el tirón gravitatorio de la Tierra.
El proyecto aún depende de la decisión política que se tomará en el Consejo Ministerial de la ESA en Bremen, Alemania, a fines de noviembre. Si obtiene luz verde, la nave transportará dos cubesats, uno de los cuales intentará descender sobre Apofis equipado con cámara de navegación, sismómetro y magnetómetro.
La misión también tendrá cooperación internacional. La agencia espacial japonesa JAXA aportará una cámara infrarroja térmica y otros instrumentos.
JAXA: un desvío inesperado
La misión DESTINY+ de JAXA nació para estudiar el asteroide 3200 Faetón, origen de la lluvia de meteoros Gemínidas. Sin embargo, los retrasos en el desarrollo del nuevo cohete Epsilon S cambiaron el calendario y, con ello, el perfil de la misión. Ahora DESTINY+ se cruzará con Apofis antes de continuar hacia Faetón.
Según confirmó Lazzarin, DESTINY+ despegará junto con Ramsés a bordo de un lanzador japonés H3, lo que permitirá a ambas sondas coordinar maniobras y observaciones.
OSIRIS-APEX: la extensión estadounidense
La tercera pieza del rompecabezas es OSIRIS-APEX, evolución de la misión de la NASA que trajo a la Tierra muestras del asteroide Bennu. La sonda ya se encuentra en ruta y prepara el encuentro con Apofis.
No obstante, su continuidad depende de decisiones presupuestarias. La administración Trump había propuesto cancelar la extensión de la misión, aunque los equipos científicos mantienen el plan activo a la espera de que el Congreso apruebe su financiamiento.
El investigador Michael Nolan, del equipo de OSIRIS-APEX, explicó que la coordinación entre misiones será clave. “Cada nave tiene fortalezas distintas. Si compartimos datos y planificamos en conjunto, el resultado será mejor que cualquier esfuerzo individual”.
Una cita histórica con el “Dios del Caos”
El sobrevuelo de Apofis no representa ningún peligro, pero sí abrirá una ventana excepcional para comprender cómo interactúan los asteroides con el campo gravitatorio terrestre. La combinación de Ramsés, DESTINY+ y OSIRIS-APEX promete ofrecer un retrato completo de este encuentro cósmico, desde su estructura interna hasta las alteraciones en su superficie.
En abril de 2029, mientras millones de personas lo observen en el cielo nocturno, la ciencia aprovechará un laboratorio natural irrepetible a solo unos miles de kilómetros de la Tierra.
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