El misterioso avión espacial X-37B, operado por la Fuerza Espacial de Estados Unidos, lleva a bordo una muestra del polímero Zylon, que podría convertirse en un componente esencial para aterrizar carga y tripulación en Marte.

La octava misión del X-37B comenzó el 21 de agosto, cuando despegó desde el Centro Espacial Kennedy montado en un Falcon 9 de SpaceX. Su cargamento incluye tecnologías avanzadas, como un sistema de comunicaciones láser y el que se considera “el sensor inercial cuántico de mayor rendimiento jamás probado en el espacio”, capaz de determinar la posición de una nave incluso sin señal de GPS.

Entre estos experimentos de alto perfil viaja también una pequeña muestra de Zylon, un material desarrollado por SRI International que podría ser decisivo para los planes de la NASA en Marte.

Zylon y el escudo inflable de la NASA

La agencia espacial estudia usar este polímero en las correas del Desacelerador Aerodinámico Inflable Hipersónico (HIAD), un dispositivo con forma de platillo volante diseñado para frenar naves pesadas en atmósferas planetarias. Su objetivo es garantizar aterrizajes seguros en Marte, pero también en mundos con atmósferas densas como Titán, la luna gigante de Saturno.

El Zylon serviría para mantener unida la estructura inflable del HIAD y distribuir las cargas, pero antes debe demostrarse que soporta las condiciones extremas del espacio.

“Queremos entender cómo la exposición prolongada afecta al material, como si estuviera en una misión de seis a nueve meses rumbo a Marte”, explicó Robert Mosher, director de materiales y procesamiento de HIAD en el Centro de Investigación Langley de la NASA.

Zylon NASA Fuerza Espacial
Robert Mosher, director de materiales y procesamiento del HIAD en el Centro de Investigación Langley de la NASA, sostiene un trozo de Zylon. Fuente: NASA/ Joe Atkinson.

El X-37B transporta varias tiras de Zylon en contenedores que incluyen sensores de temperatura y humedad. Algunas muestras fueron enrolladas firmemente, otras compactadas como en un paracaídas, simulando las distintas formas de empaquetar un HIAD. A su regreso, los ingenieros compararán estos ejemplares con los que permanecieron en la Tierra para detectar degradación o cambios estructurales.

Según Mosher, esta misión representa una oportunidad única. “Nos permitirá empezar a obtener información sobre el empaquetamiento a largo plazo de un HIAD”, aseguró.

De LOFTID al futuro marciano

La NASA ya validó la tecnología de Zylon en 2022 con el demostrador LOFTID (Low-Earth Orbit Flight Test of an Inflatable Decelerator). El dispositivo se infló a unos 125 km de altitud y sobrevivió exitosamente al reingreso, amerizando en el Pacífico cerca de Hawái tras ser lanzado por un Atlas V de ULA.

LOFTID NASA ZYLON
La nave espacial inflable LOFTID después de su prueba de reingreso atmosférico en noviembre de 2022. Fuente: NASA.

Ahora, el desafío es dar el salto a las misiones interplanetarias. Si el Zylon confirma su resistencia, los futuros HIAD podrían ser el escudo que acompañe a astronautas y equipos en la histórica llegada a Marte.

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