China volvió a mostrar al mundo el músculo de su Ejército con un despliegue militar que, además de misiles intercontinentales, drones submarinos y armas láser, tuvo un protagonista inesperado: robots cuadrúpedos apodados “lobos robots”. La aparición de estos dispositivos en el desfile celebrado el 3 de septiembre en Pekín, con motivo del 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, despertó curiosidad y especulaciones sobre el futuro de la guerra no tripulada.
Los robots, con apariencia de perros mecánicos, fueron exhibidos sobre vehículos militares y no se los vio caminar por sí mismos durante la ceremonia. Más que una demostración técnica, su presencia tuvo un carácter simbólico, concebido para proyectar la imagen de un ejército que avanza hacia la innovación tecnológica y la integración de sistemas autónomos en su estrategia militar.
La robótica militar como nueva carta de propaganda en Pekín
Aunque se trata de una tecnología todavía reciente, estos robots ya demostraron sus capacidades en maniobras militares previas. Modelos conocidos como Q-UGV Wolf demostraron poder portar rifles automáticos, subir escaleras, responder a comandos de voz. También pueden operar en conjunto con otros dispositivos similares, aunque con un alcance limitado antes de necesitar recarga.
Otros desarrollos de la empresa Unitree Robotics —como los modelos Go1 y Go2— se han utilizado tanto en exhibiciones civiles como en ejercicios militares. En maniobras conjuntas entre China y Camboya, por ejemplo, se mostraron robots de este tipo equipados con rifles automáticos. Si bien la compañía asegura no haber vendido directamente al Ejército Popular de Liberación, la preocupación internacional por la militarización de estas tecnologías aumenta.
Especialistas en defensa señalan que, más allá de la espectacularidad mediática, los “lobos robots” podrían tener funciones tácticas concretas en el campo de batalla. Desde exploración en terrenos hostiles hasta desminado, pasando por el rastreo de tropas enemigas. Sin embargo, aún no se sabe con certeza si el modelo exhibido cuenta con tales capacidades.
Una celebración con varios mensajes
El desfile, que contó con la presencia de líderes como Vladimir Putin y Kim Jong-un, fue una demostración política además de militar. Con la triada nuclear completa —capacidad de ataque desde tierra, aire y mar— y un arsenal de armas de última generación, China buscó enviar un mensaje de poder global. En ese contexto, los “lobos robots” cumplieron el rol de representar una nueva frontera tecnológica, en la que la robótica y la inteligencia artificial se transforman en piezas centrales de la estrategia bélica del siglo XXI.
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