En febrero de 2026, la guerra en Ucrania cumplirá cuatro años. Sin embargo, por el momento, no se vislumbra que una posible paz esté cerca de llegar. Pero, aunque la situación de por sí es trágica, al mismo tiempo ha sido útil a la hora de comprender mejor cómo se desarrollan las guerras en pleno siglo XXI.

Ucrania y una invaluable fuente de datos

Según Mykhailo Fedorov, quien dirige el Ministerio de Digitalización de Ucrania, su país está estudiando cómo compartir datos del campo de batalla con sus aliados.

Para Fedorov, este vasto tesoro de información almacenada es una de las “cartas” de Kiev para fortalecer su posición mientras negocia el apoyo de países amigos.

“Los datos que tenemos no tienen precio para ningún país”, le dijo Fedorov a Reuters. Además, dijo que Ucrania actualmente es “muy cuidadosa” al compartirlos.

Los grandes conjuntos de datos son cruciales para entrenar modelos de inteligencia artificial (IA) para reconocer patrones y hacer predicciones. Esa necesidad es particularmente apremiante en el floreciente sector de defensa mundial.

Así, aunque los conjuntos de datos para la mayoría de las actividades civiles se pueden encontrar comercialmente, la mayor guerra del siglo XXI entre ejércitos avanzados le ha dado a Ucrania un conjunto de datos de combate sin paralelo. Y esto podría ayudar a Kiev a demostrar su valor como aliado de Washington.

Desde que Rusia lanzó su invasión en 2022, Ucrania ha recopilado montones de estadísticas del campo de batalla meticulosamente registradas. Y con la guerra cada vez más librada por drones, ahora tiene millones de horas de imágenes de combate filmadas desde el aire.

“Creo que esta es una de las ‘cartas’, como dicen nuestros colegas y socios, para construir relaciones en las que todos ganan”, dijo Fedorov, en un aparente mensaje al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“La demanda de datos es increíblemente alta, pero en este momento estamos formando políticas sobre cómo organizar este proceso correctamente”, explicó.

Ucrania también ha tratado de posicionarse como un campo de pruebas para las empresas internacionales de defensa. Por ello, las ha invitado a probar nuevas armas en Ucrania. Fedorov dijo que hasta ahora se habían recibido casi 1.000 solicitudes y que 50 productos diferentes estaban “llegando a Ucrania”.

Pruebas en el campo de batalla

Fedorov detalló que ahora Ucrania usa IA para ayudar a pilotar drones, incluidos varios de sus sistemas utilizados para ataques de largo alcance dentro de Rusia. Además, según él, las computadoras pueden escanear imágenes detalladas de reconocimiento aéreo y satelital en busca de objetivos que le tomaría a un humano “docenas de horas” encontrar.

Fedorov también dijo que se estaba trabajando en sistemas que harían que los drones fueran completamente autónomos. Esto les permitiría volar sin piloto y trabajar en enjambres.

Por otro lado, contó que Ucrania estaba utilizando tecnología de IA de la firma estadounidense Palantir. Con ella, por ejemplo, se analizan los ataques rusos en busca de patrones o para rastrear las campañas de desinformación de Moscú.

Pero no todos los usos de Palantir en Ucrania son militares. El ministro dijo que también ayudó a decidir dónde construir escuelas subterráneas a prueba de bombas, o qué territorios priorizar en los esfuerzos de desminado.

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