La misión más ambiciosa de la Agencia Espacial Europea (ESA) hacia el sistema de Júpiter, JUICE, vivió recientemente momentos de tensión. La sonda, lanzada en abril de 2023 a bordo de un cohete Ariane 5, perdió comunicación con la Tierra durante 24 horas en julio, justo antes de un sobrevuelo fundamental sobre Venus que tendrá lugar este 31 de agosto.

JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer) afronta un viaje largo y complejo. Su llegada a Júpiter se proyecta hacia 2031, tras completar cuatro asistencias gravitatorias que le permitirán ganar la velocidad necesaria para alcanzar el planeta gigante. La primera se realizó en agosto de 2024, con un paso combinado por la Tierra y la Luna. Ahora es el turno de Venus, seguido de otro sobrevuelo terrestre en 2026 y uno más en 2029.

El objetivo final de la misión es estudiar en detalle a Júpiter y tres de sus lunas galileanas —Ganímedes, Calisto y Europa—, consideradas candidatas a albergar océanos subterráneos con potencial para la vida. Durante dos años y medio, JUICE realizará observaciones cercanas y, al cierre de la misión, se convertirá en la primera nave espacial en orbitar Ganímedes.

Cronología de los sobrevuelos de JUICE en su viaje a Júpiter. Fuente: ESA.

La caída de las comunicaciones de JUICE previo a sobrevolar Venus

El problema se detectó el 16 de julio, cuando la antena de espacio profundo de Cebreros, en España, no logró obtener respuesta de la sonda. En estos protocolos rutinarios se confirma el estado del satélite y la telemetría de los sistemas, pero esta vez no hubo señal.

“Perder contacto con una nave espacial es uno de los escenarios más críticos que podemos enfrentar”, explicó Angela Dietz, directora de operaciones de JUICE, en un comunicado emitido este lunes 25 de agosto.

JUICE ESA Antena
Juice está diseñada para el frío del sistema de Júpiter. La nave se encuentra actualmente más cerca del Sol y debe apuntar su gran antena hacia él para que actúe como escudo térmico. Fuente: ESA.

Los ingenieros descartaron fallos en la infraestructura terrestre y apuntaron a dos posibles causas: un desajuste en la antena de ganancia media de la sonda o un mal funcionamiento en el amplificador de comunicaciones. Con JUICE a 200 millones de km de distancia, y cada señal demorando 22 minutos en ir y volver, la presión aumentaba.

El mayor temor era que la nave hubiera entrado en “modo seguro”, lo que habría retrasado la preparación para el sobrevuelo de Venus. Ante esto, la única alternativa viable fue enviar comandos a ciegas para forzar la activación de la antena de baja ganancia de la sonda. Esperar a que la nave reiniciara por sí sola sus sistemas, lo que ocurriría luego de dos semanas, habría significado perder la ventana crítica para maniobrar con Venus.

Durante 20 horas se realizaron intentos de realineación hasta que, en la sexta transmisión, la antena recuperó la posición adecuada. La ESA confirmó que la nave estaba en buen estado y atribuyó el fallo a un error en el software de sincronización, que gestiona el encendido y apagado del amplificador de comunicaciones.

El sobrevuelo de Venus

Con el enlace recuperado, el equipo de la ESA retomó los preparativos para la maniobra. La máxima aproximación a Venus está prevista para el domingo 31 de agosto a las 04:28 a.m. (hora de Argentina). En ese momento, la sonda aprovechará parte del impulso orbital del planeta para ajustar su trayectoria y encaminarse hacia su próximo sobrevuelo terrestre en 2026.

Cada sobrevuelo constituye un paso indispensable para que la sonda alcance su meta: desentrañar los secretos de las lunas heladas de Júpiter. Ganímedes, Europa y Calisto están cubiertos con capas de hielo que podrían ocultar océanos de agua líquida, y por eso figuran entre los lugares más prometedores para la búsqueda de vida fuera de la Tierra.

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