En un escenario donde los drones ya no son una rareza sino parte del paisaje aéreo, el Ejército de Estados Unidos busca dar un salto tecnológico fundamental, al incorporar inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML) para optimizar la gestión de sus operaciones aéreas en entornos cada vez más congestionados y dinámicos.

La propuesta quedó plasmada en una solicitud de información (RFI) —documento que el Ejército utiliza para invitar a organizaciones a presentar soluciones— publicada esta semana. El objetivo es, por un lado, identificar herramientas ya desarrolladas y listas para integrarse de inmediato en operaciones reales. Por el otro, detectar ideas en fase de investigación para incorporar en el diseño de los sistemas de comando y control de próxima generación. En ambos casos, la meta es reducir la carga cognitiva que enfrentan los comandantes al coordinar misiones complejas y mejorar la conciencia situacional en entornos de combate.

El Ejército apuesta por la IA para gestionar el cielo militar

El Ejército enfrenta un desafío complejo y de múltiples frentes. Debe coordinar operaciones que involucran distintas ramas militares, integrar el creciente número de sistemas aéreos no tripulados —desde UAS y municiones merodeadoras hasta plataformas totalmente autónomas— y operar en espacios aéreos disputados y saturados. A esto se suma la necesidad de adaptarse a misiones cambiantes, sincronizar fuego y efectos, y tomar decisiones rápidas basadas en grandes volúmenes de datos.

La RFI sostiene que una gestión del espacio aéreo basada en IA podría aportar tres ventajas fundamentales: análisis predictivo, automatización y optimización en la asignación de sectores. Con ello, sería posible detectar y resolver conflictos en tiempo real, procesar datos de múltiples fuentes al mismo tiempo y anticipar patrones de uso. También permitiría recomendar acciones proactivas para mejorar la seguridad, la eficiencia y la efectividad de cada misión.

Entre los objetivos operativos se incluyen una integración más fluida de drones y municiones inteligentes, una mejor coordinación entre las unidades de fuego y los distintos usuarios del espacio aéreo, y una mayor resiliencia frente a amenazas como interferencias o guerra electrónica.

Las propuestas deberán presentarse antes del 29 de agosto. Además, el Ejército busca empresas con soluciones listas para ser demostradas en noviembre, durante ejercicios en el Centro de Preparación Multinacional Conjunto del Pacífico. El cronograma evidencia que la intención es pasar de la planificación a la acción en muy poco tiempo.

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