Tras su lanzamiento en marzo de 2025, SPHEREx —una de las misiones más recientes y prometedoras de la NASA en astrofísica— ya se encuentra plenamente operativo. Este telescopio espacial fue diseñado para realizar un mapa completo del cielo en 102 longitudes de onda del infrarrojo, una resolución inédita para un relevamiento de cobertura total.

Ubicado en órbita terrestre baja, SPHEREx ya comenzó a transmitir sus primeras observaciones científicas. Durante su misión principal de dos años, observará el cielo completo dos veces por año, generando un total de cuatro mapas del cielo completo.

Y lo más innovador no es solo lo que ve, sino cómo comparte lo que descubre. Todos los datos recolectados se publican semanalmente en un archivo de acceso libre —el IRSA— dentro de los 60 días posteriores a su captura. Además, junto con los datos, se publica la documentación técnica que describe el procedimiento de procesamiento, lo que permite a otros científicos realizar sus propias investigaciones sin depender del equipo original.

Esta política de ciencia abierta amplifica exponencialmente el impacto de la misión. El enfoque global del telescopio lo convierte en una herramienta valiosa para múltiples disciplinas astronómicas. En palabras de Rachel Akeson, directora del Centro de Datos Científicos de SPHEREx en el Instituto IPAC de Caltech: “Como observamos todo el cielo, casi cualquier área de la astronomía puede abordarse con los datos de SPHEREx”.

SPHEREx NASA Telescopio espacial
Una de las primeras imágenes de prueba capturadas por SPHEREx. Se observa una porción del cielo en una única longitud del infrarrojo, que es invisible para el ojo humano.

Mucho más que una simple imagen del cielo

No es la primera vez que un telescopio espacial realiza un barrido completo del cielo. La NASA ya lo había hecho con WISE, que trabajaba en solo 4 bandas del espectro infrarrojo. SPHEREx, en cambio, utiliza 102, lo que le permite realizar un análisis espectral detallado.

Esta capacidad se conoce como espectroscopía, una técnica que permite identificar las huellas moleculares de distintos compuestos. Gracias a ella, los científicos podrán estudiar la distribución de agua congelada y moléculas orgánicas en la Vía Láctea, elementos clave para entender el origen de la vida.

Además, los datos de SPHEREx también serán fundamentales para investigar la expansión del universo tras el Big Bang y calcular la evolución de la luz emitida por las galaxias a lo largo del tiempo.

Un telescopio que potencia a otros

Además de su valor científico propio, SPHEREx actúa como un catalizador para otras misiones astronómicas de gran envergadura. Los datos que genera pueden emplearse para seleccionar nuevos objetivos de observación para el telescopio espacial James Webb, o refinar los parámetros de exoplanetas identificados por la misión TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite).

En el ámbito de la cosmología, la información obtenida por SPHEREx se integrará con los estudios sobre materia y energía oscura llevados adelante por la misión Euclid de la Agencia Espacial Europea (ESA) y por el futuro telescopio Nancy Grace Roman de la NASA, lo que permitirá una comprensión más profunda de la estructura y evolución del universo.

“SPHEREx forma parte del legado de los grandes relevamientos espaciales de la NASA”, destacó Vandana Desai, directora científica de IRSA. “Los investigadores van a usar sus datos de maneras que ni siquiera podemos imaginar hoy”.

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