A más de 35.000 km de altitud, dos satélites chinos parecen estar ejecutando la fase final de una misión que podría marcar un antes y un después en las operaciones espaciales: el reabastecimiento en órbita geoestacionaria. El 30 de junio, los satélites Shijian-21 (SJ-21) y Shijian-25 (SJ-25) volvieron a acercarse en el espacio. Según el seguimiento óptico realizado por la empresa suiza S2a Systems, ambos habrían entrado en una nueva fase de operaciones de proximidad.

La imagen obtenida por S2a muestra a los dos objetos virtualmente indistinguibles, orbitando en torno a los 128° Este sobre el ecuador terrestre. Este comportamiento, sumado a las aproximaciones previas registradas en junio, sugiere que China podría estar ensayando una prueba de acoplamiento y reabastecimiento en órbita. Se trata de una capacidad que hasta ahora ningún país ha demostrado en el exigente entorno de la GEO.

Los satélites Shijian en maniobras que anticipan una primicia espacial

El satélite SJ-25 llegó al espacio en enero con el objetivo explícito de ensayar tecnologías de extensión de vida útil satelital y reabastecimiento de combustible en órbita. Su compañero de ensayo, SJ-21, lanzado en octubre de 2021, ya había demostrado su capacidad de maniobra en 2022 al trasladar un satélite de navegación Beidou fuera de servicio hacia una órbita cementerio.

El reciente acercamiento del 30 de junio no es el primero. Según la empresa estadounidense Comspoc, especializada en software de conocimiento de la situación espacial (SSA), ambos satélites ya se habían aproximado a menos de un kilómetro el 13 de junio. El acercamiento podría haberse tratado de una maniobra de acoplamiento exitosa, un ensayo deliberado o incluso un intento abortado. Ese mismo día, Comspoc detectó que los objetos se separaron, y para el 16 de junio ya estaban a más de 120 km de distancia.

Con esta nueva aproximación, todo indica que China está avanzando en la validación de una tecnología clave: repostar y extender la vida útil de satélites operativos en plena órbita geoestacionaria.

Una tecnología con implicancias geopolíticas

Las operaciones fueron seguidas de cerca no solo por empresas privadas, sino también por satélites de otros países. Comspoc reportó que el satélite estadounidense USA 270, parte del programa GSSAP de vigilancia en GEO, se encontraba en las cercanías durante las maniobras. La capacidad de observar en tiempo real estas operaciones podría ofrecer a Estados Unidos pistas sobre el alcance y madurez tecnológica del programa chino.

Por el momento, ni la Administración Espacial Nacional China (CNSA) ni el Ejército Popular de Liberación (EPL) emitieron comunicados oficiales.

Tanto SJ-21 como SJ-25 fueron desarrollados por la Academia de Tecnología Espacial de Shanghái (SAST). En un comunicado de enero, la SAST había anticipado que el propósito de SJ-25 sería validar tecnologías de servicio en órbita. Que ambas naves provengan de la misma institución favorece la interoperabilidad y aumenta las chances de un acoplamiento exitoso.

Si China logra completar este ensayo con éxito, se convertiría en el primer país en demostrar reabastecimiento satelital en órbita geoestacionaria, un hito que podría redefinir la logística —y la defensa— espacial en el siglo XXI.

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