Este sábado 28 de junio, la empresa aeroespacial Rocket Lab completó un misterioso lanzamiento orbital desde Nueva Zelanda. A las 4:08 a.m. (hora de Argentina), un cohete Electron despegó rumbo al espacio con un único pasajero a bordo: un satélite de identidad y propósito secretos. La misión, bautizada Sinfonía de las Estrellas, colocó con éxito la carga en una órbita circular a 650 kilómetros de altitud.
Desde sus redes sociales, la empresa celebró el hito con entusiasmo. “¡MISIÓN EXITOSA y despliegue de carga confirmado! Música para nuestros oídos en esta 68° misión de Electron”, publicó la empresa en X.
Sinfonía de las Estrellas: una misión con un satélite misterioso y un cliente confidencial
Más allá de los datos del lanzamiento, Rocket Lab decidió mantener en secreto los detalles de la carga útil: no se reveló el propósito del satélite, su tecnología a bordo, ni el operador responsable. Solo se sabe que esta misión forma parte de un contrato con un cliente comercial confidencial, que contempla al menos un segundo lanzamiento dentro de este mismo año.
Este hermetismo no es inusual en el sector espacial cuando se trata de aplicaciones estratégicas, comunicaciones de próxima generación o actividades bajo acuerdos de confidencialidad.
Con este vuelo, Electron alcanzó su décimo lanzamiento del 2025 y, hasta aquí, suma un total de 68 despegues desde su debut. Este lanzador ligero, de apenas 18 metros de altura, está diseñado para colocar pequeños satélites en órbita de manera dedicada, sin necesidad de compartir espacio con otras cargas, lo que lo convierte en una opción ágil para misiones sensibles o personalizadas.
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