Este lunes 23 de junio, un Falcon 9 llevará al espacio una carga muy particular: más de 150 cápsulas con restos cremados y muestras de ADN de personas —y también mascotas— de distintas partes del mundo. La misión, bautizada Perseverance Flight, forma parte del programa de vuelos conmemorativos de la empresa Celestis, pionera en ofrecer servicios funerarios espaciales desde 1994.
Este será el 12º vuelo de Celestis del tipo Earth Rise: trayectos suborbitales donde la nave entra en órbita baja, da algunas vueltas a la Tierra y reingresa a la atmósfera para luego caer al océano. Las cápsulas se recuperan en el Pacífico y se entregan nuevamente a las familias como un recuerdo simbólico del viaje espacial de sus seres queridos.
Un vuelo conmemorativo a bordo del Transporter-14
La misión Perseverance Flight se enmarca dentro del vuelo Transporter-14 de SpaceX, que agrupa múltiples cargas útiles de diversos clientes en un solo lanzamiento.
En este caso, la carga conmemorativa será transportada por Mission Possible, la cápsula demostradora desarrollada por la empresa europea The Exploration Company (TEC), que colabora por primera vez con Celestis.
Será el segundo vuelo de prueba de TEC antes del debut oficial de su vehículo orbital Nyx Earth, que está previsto para 2028 con destino a la Estación Espacial Internacional. Esta colaboración también representa un hito para TEC, ya que será la primera vez que una de sus naves lleva cargas comerciales al espacio.
Celestis: ADN, legado y homenaje
Celestis ya es conocida por haber enviado al espacio muestras de ADN y restos cremados de figuras emblemáticas, especialmente vinculadas a la ciencia ficción. Entre ellas, destacan los actores de Star Trek Nichelle Nichols, DeForest Kelley y James “Scotty” Doohan. También participó en el envío simbólico de restos vinculados a cuatro expresidentes de Estados Unidos: George Washington, Dwight Eisenhower, John F. Kennedy y Ronald Reagan, en el vuelo Enterprise del año pasado.
Esta nueva misión también será histórica por otra razón: convertirá al pequeño Matteo Barth, de solo tres años, en el alemán más joven en enviar su ADN al espacio. Su cápsula viajará junto a la de su abuelo fallecido, Dieter Barth, en homenaje a su pasión por la exploración espacial.
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