BeiDou, el sistema de navegación satelital de China, se ha convertido en un nuevo foco de preocupación para Estados Unidos. A diferencia de otras tecnologías chinas como Huawei o DJI, BeiDou opera en un área clave: posicionamiento, navegación y sincronización (PNT). En marzo de 2025, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) abrió una investigación para evaluar posibles riesgos de seguridad nacional vinculados al uso de GNSS extranjeros, incluidos BeiDou y GLONASS.
Las preocupaciones apuntan a espionaje, propagación de malware y manipulación de datos. Pero los riesgos técnicos reales no siempre coinciden con los temores políticos.
Cómo funciona BeiDou
Al igual que el GPS, el Sistema de Navegación por Satélite BeiDou (BDS) emite señales unidireccionales desde satélites en órbita media. Los dispositivos receptores —como teléfonos o vehículos— reciben esa señal, pero no transmiten nada de vuelta. Por eso, no es técnicamente posible que el sistema rastree a usuarios, a menos que el dispositivo ya esté comprometido por otros medios.
BDS incluye una función de mensajería bidireccional, pero está limitada a receptores específicos, usados en contextos militares o marítimos de emergencia. Esos equipos no están presentes en el mercado civil estadounidense.
¿Puede propagar malware?
La FCC también planteó la posibilidad de que BeiDou sirva como canal para distribuir malware. Sin embargo, los sistemas GNSS —GPS, Galileo, GLONASS o BeiDou— no tienen capacidad para transmitir archivos ejecutables. Solo emiten datos básicos como hora y posición.
Aunque BDS puede enviar textos breves a través de su sistema de mensajería satelital, esta función tampoco permite transferencias complejas, y solo está activa en dispositivos especializados. No hay evidencia ni mecanismos viables para usar BeiDou como vector de ciberataques.
¿Y si China interrumpe la señal?
Algunos expertos temen que, en caso de conflicto, China podría cortar selectivamente el servicio sobre Estados Unidos. Pero esa operación no es técnicamente sencilla. Los satélites de BeiDou usan antenas de amplio alcance que cubren regiones enteras; bloquear solo Norteamérica afectaría también zonas del Pacífico y hasta China misma.
Lo que sí es factible son los ataques por interferencia o suplantación (spoofing) desde tierra, algo que ya se ha visto con otras constelaciones GNSS. Pero excluir a BDS no protege contra estas tácticas. De hecho, elimina redundancia y vuelve más frágiles los sistemas PNT de norteamérica.
Impacto en la precisión y la economía
En pruebas recientes en zonas urbanas del Pacífico, eliminar BeiDou redujo la precisión del posicionamiento entre un 30% y 40%. Esto afecta directamente a sectores como logística, agricultura, vehículos autónomos, aviación y servicios de emergencia. Los entornos urbanos con baja visibilidad del cielo dependen de múltiples señales GNSS para mantener exactitud.
Obligar a empresas estadounidenses a rediseñar sus sistemas sin BeiDou ni GLONASS implicaría mayores costos, demoras en el desarrollo tecnológico y pérdida de competitividad internacional. Mientras tanto, China sigue promoviendo BeiDou como alternativa interoperable en mercados globales.
No es un arma, es una herramienta de influencia
Este nuevo sistema de navegación es parte de la estrategia de China para ganar liderazgo tecnológico global y establecer estándares propios. Pero usarlo como arma directa sería contraproducente: cualquier intento de espionaje o sabotaje confirmado dañaría su credibilidad y alejaría a socios internacionales. Sería un golpe contra su inversión y su diplomacia tecnológica.
La verdadera cuestión estratégica no es si China podría usar BeiDou con fines hostiles, sino si Estados Unidos está preparado para mantener el liderazgo en navegación satelital. Reaccionar con bloqueos puede debilitar la infraestructura PNT propia. Apostar por la modernización del GPS y la cooperación internacional es una vía más efectiva para asegurar resiliencia, precisión y confianza global.
Tal vez te interese: El Resilient GPS (R-GPS), clave para la superioridad militar de EE.UU.