China logró lo que parecía imposible: detectar vehículos en movimiento desde un avión sin emitir ninguna señal de radar. Lo hizo con un sistema completamente pasivo, capaz de identificar objetivos ocultos entre el ruido de fondo, sin revelar su ubicación. Es un avance técnico que podría transformar por completo el uso de radares en aviación militar y científica.
El experimento fue realizado por la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de Chengdu, que utilizó dos aviones Cessna 208 Caravan volando en formación. Uno funcionó como emisor, generando señales de radar convencionales. El otro, a menor altitud, actuó como receptor pasivo: no emitió ondas, sino que captó los ecos reflejados por el terreno y reconstruyó a partir de ellos el movimiento de vehículos ocultos.

El desafío del “clutter”
El trabajo, publicado en la revista Journal of Radars, estuvo liderado por el investigador Li Zhongyu. El equipo se enfocó en resolver un viejo obstáculo de los radares aerotransportados denominado “clutter” o ruido de fondo.En escenarios con vegetación, construcciones o terreno irregular, los ecos del entorno suelen saturar la señal útil, especialmente en sistemas bistáticos, donde el emisor y el receptor están físicamente separados.
Además, cuando el objetivo está en movimiento, los ecos sufren distorsiones por migración de rango y dispersión de frecuencias Doppler, lo que hace difícil distinguir un blanco real del ruido circundante.
El nuevo método chino emplea un sistema de cancelación de clutter de dos canales con desacoplamiento espacio-temporal.
El proceso se compone de tres etapas técnica. Primero, corrige el movimiento con una transformada Keystone y compensaciones de alto orden, lo que permite concentrar la energía del objetivo en una sola posición dentro del radar. Segundo, aplica una compresión espectral para reducir la dispersión de frecuencias Doppler, afinando la resolución de la señal. Tercero, realiza un desacoplamiento espacio-temporal mediante descomposición en valores singulares (SVD), una técnica matemática que separa los ecos del objetivo del fondo sin afectar su perfil dinámico.
El resultado es una imagen clara del blanco móvil, incluso en condiciones de interferencia intensa. Las imágenes publicadas muestran cómo los vehículos previamente invisibles emergen con nitidez, sin necesidad de ningún tipo de emisión activa.
Una ventaja táctica sin precedentes
El sistema representa una evolución frente a los radares de baja probabilidad de intercepción (LPI), que reducen su potencia o cambian frecuencias para no ser detectados, pero que aún emiten señales. En cambio, el radar pasivo desarrollado en China no emite nada. Esto permite rastrear sin ser rastreado, una ventaja táctica clave en escenarios de guerra electrónica o misiones encubiertas.
Además, funciona con eficiencia computacional alta. No depende de inteligencia artificial ni aprendizaje automático, lo que facilita su implementación en plataformas reales con recursos limitados. En pruebas más exigentes, como entornos marítimos con clutter generado por olas, el sistema mantuvo una capacidad de detección estable incluso con baja relación señal-ruido.
Según los autores, el sistema podría integrarse en drones, aviones de reconocimiento o plataformas científicas. Su bajo requerimiento de procesamiento lo hace ideal para despliegues operativos. “Hasta donde sabemos, esto es un hito sin precedentes a nivel mundial”, afirmó Li Zhongyu.
Aunque el desarrollo comenzó hace cinco años, esta demostración concreta marca un punto de inflexión: la vigilancia aérea ya no necesita hacer ruido para ser efectiva.
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