La empresa británica de tecnología espacial Space Forge anunció una recaudación de fondos de 22,6 millones de libras (US$ 29,8 millones) gracias, principalmente, a los aportes del Fondo de Innovación de la OTAN.
Space Forge, que fue fundada en 2018, tiene como objetivo fabricar materiales en el espacio que luego podrían usarse en campos como los semiconductores. Según la empresa, los nuevos fondos la ayudarían al desarrollo de sus satélites.
“Estamos entusiasmados de apoyar a Space Forge. Esta es una empresa que está innovando en la fabricación de materiales, al tiempo que avanza en el acceso de Europa al espacio, la independencia de la cadena de suministro y la resiliencia a largo plazo”, dijo el socio del Fondo de Innovación de la OTAN, Chris O’Connor.
El Fondo de Innovación de la OTAN es un fondo de capital de riesgo independiente que 24 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte respaldan. Sin embargo, la OTAN no participa en la toma de decisiones ni en la inversión financiera.
¿Por qué la OTAN apuesta por Space Forge?
Al aprovechar la microgravedad, el vacío y los diferenciales de temperatura extremos, la compañía tiene como objetivo desbloquear una nueva categoría de supermateriales con implicaciones de gran alcance para el clima, la defensa y las economías digitales.
En este sentido, los nuevos fondos de la OTAN acelerarán el desarrollo de varios proyectos de Space Forge. Entre ellos se destaca el satélite retornable de próxima generación ForgeStar-2. Esta es una plataforma reutilizable diseñada para la fabricación a escala industrial en el espacio.
La ronda también apoyará a ForgeStar-1, la primera misión de demostración en órbita de Space Forge. Su lanzamiento se espera para 2025.
Uno de los aspectos más importantes de Space Forge es su impacto climático. Las investigaciones sugieren que los materiales fabricados en el espacio podrían reducir en un 75% las emisiones de CO₂. Además, pueden rebajar en un 60% el uso de energía en aplicaciones de infraestructura clave.
Según un estudio de la consultora McKinsey, el valor de la economía espacial mundial aumentaría a US$ 1,8 billones en 2035, desde los US$ 630.000 millones de 2023.
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