En el corazón del desierto de Nuevo México, Spaceport America se presenta como mucho más que un simple puerto espacial. Con una extensión de 73 km² adyacente al Campo de Misiles de White Sands del Ejército de los Estados Unidos, este espacio se convertió en un centro estratégico para el desarrollo de la industria aeroespacial comercial.
Pero su director ejecutivo, Scott McLaughlin, no se conforma con el éxito actual. En su visión, Spaceport America es solo el comienzo de una revolución espacial que está en plena expansión.
“Estamos tratando de ser un sitio lo más preparado posible y que anticipe el mercado”, explica McLaughlin.
Bajo su liderazgo, Spaceport America se transformó en un entorno “amigable para los cohetes”, con 15.540 km² de espacio aéreo restringido, una pista de 3.657 metros, complejos de lanzamiento vertical y 340 días al año de sol y baja humedad.
Spaceport America, un espacio para innovar
Spaceport America alberga a grandes nombres de la industria espacial como Virgin Galactic, SpinLaunch, Up Aerospace y Prismatic. Pero McLaughlin no quiere que el puerto espacial se limite solo a ser una plataforma de lanzamiento.
“Nos estamos abriendo a hacer diferentes tipos de trabajo. Somos más como un campo de pruebas civil ahora”, afirma. Esto incluye pruebas de vehículos aéreos no tripulados de gran altitud, producción de motores y hasta la posibilidad de instalar un centro de datos avanzado.
El puerto espacial también se expande hacia operaciones horizontales. “Recibimos mucho interés allí. Estamos ampliando los accesos y por construir un hangar que funcionará como centro de seguridad, centro STEM y oficinas”, añade McLaughlin.
La flexibilidad es clave en su enfoque: desde lanzamientos orbitales hasta reentrada de cápsulas espaciales, Spaceport America se adapta a las necesidades del mercado.

Virgin Galactic y más allá
Aunque muchos asocian Spaceport America exclusivamente con los vuelos suborbitales de Virgin Galactic, McLaughlin destaca que su visión va mucho más allá. “Nuestro objetivo es que Virgin Galactic vuele dos veces por semana, lo que tendrá un gran impacto en el puerto espacial”.
Pero el ejecutivo también subraya que Spaceport America tiene muchos otros clientes y grandes aspiraciones. “Queremos demostrar que somos mucho más que Virgin Galactic”.
Explorando nuevas fronteras
McLaughlin ve a Spaceport America como un sitio con potencial para convertirse en un puerto de lanzamiento y reentrada orbital. “Nuestro objetivo a largo plazo es el lanzamiento orbital. Pero necesitamos un vehículo diseñado para eso, ya sea de una etapa a órbita o con alas para facilitar modos de aborto”.
Aunque reconoce que estas tecnologías probablemente se probarán primero sobre el océano, cree que Spaceport será un sitio ideal para operaciones más seguras y rápidas.
El puerto espacial también está explorando nuevas tecnologías como instalaciones de pulso electromagnético y centros de datos de baja latencia, diseñados para ofrecer servicios de inteligencia artificial y computación de alto rendimiento. “Queremos ser más abiertos sobre lo que podemos hacer aquí, y eso está generando clientes y ingresos”, concluye el CEO.
Una alternativa estratégica
A diferencia de los puertos espaciales ubicados en la costa, Spaceport ofrece una opción única como puerto interior.
“Nunca tendremos el volumen de lanzamientos del Cabo Cañaveral, pero somos una buena alternativa para lanzamientos pequeños a medianos que necesitan seguridad y rapidez”, explica el director ejecutivo.
Esto atrajo incluso el interés del Departamento de Defensa de Estados Unidos, que ve en el puerto espacial una opción estratégica.
Para McLaughlin, el futuro de Spaceport America es brillante. “Queremos demostrar que tenemos una visión mucho más amplia. Hacemos muchas cosas geniales, y eso marca una gran diferencia”.
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