En 2024, China lanzó un par de satélites que no lograron alcanzar su órbita correcta alrededor de la Luna. Sin embargo, el Centro de Tecnología e Ingeniería para la Utilización del Espacio (CSU) ideó una táctica novedosa para reacomodarlos.
China lanzó los satélites, denominados DRO-A y DRO-B, en marzo de 2024 a bordo de un cohete Long March 2C.
Se suponía que las unidades debían ir a una órbita retrógrada distante (el DRO en el nombre de la pareja) alrededor de la Luna. Su objetivo es ayudar a proporcionar navegación y seguimiento a las naves espaciales en el espacio Tierra-Luna.
Sin embargo, el problema fue que un inconveniente técnico con la etapa superior del Yuanzheng-1S impidió que los satélites alcanzaran la órbita prevista.
“Si los satélites hubieran sido destruidos, habría sido un desperdicio de los años de esfuerzo que pusimos y el dinero invertido en la misión. También sería un golpe mental para el equipo”, dijo a CGTN Zhang Hao, miembro del equipo que trabajó para salvar los satélites. Por ello, China utilizó una “honda” de gravedad para colocar las unidades en el lugar correcto.
Una grata sorpresa para China
Para sorpresa de todos, cuando la CSU logró localizar los satélites descarriados, estaban girando en una órbita mucho más cercana a la Tierra de lo previsto. Entonces, el equipo comenzó a elaborar una solución para llevarlos a su ruta prevista.
“Nos dividimos en dos equipos. Un equipo controla de forma remota los propulsores de los satélites para ralentizar el giro. El otro, mi equipo, calculó la mejor ruta para volver a encarrilar los satélites”, explicó Hao.
Debido a que los satélites se dañaron parcialmente durante el lanzamiento, no pudieron obtener suficiente luz solar para proporcionar energía para el giro que se requería. Entonces, se resolvió el problema utilizando la gravedad de la Tierra, la Luna y el Sol para “lanzarlos” a su destino.
El procedimiento tardó 123 días en completarse, ya que se tomó una ruta más larga para gastar menos energía. La operación de rescate se completó a mediados de julio de 2024, y los dos satélites se separaron seis semanas después.
Ahora, DRO-A y DRO-B están orbitando la Luna y trabajando con un tercer satélite, DRO-L, que previamente se había lanzado a la órbita terrestre baja.
Con estos satélites en posición, China puede localizar una nave espacial en solo tres horas, a diferencia de los dos días o más que necesitaba con el posicionamiento tradicional desde tierra.
Tal vez te interese: China y Rusia construirán una planta nuclear en la Luna