El Gobierno de Bahamas anunció que suspenderá, momentáneamente, todos los aterrizajes de cohetes Falcon 9 en el país.
“No se otorgarán más autorizaciones hasta que se revise una evaluación ambiental completa”, dijo el director de comunicaciones de las Bahamas, Latrae Rahming.
En febrero, por primera vez un cohete de SpaceX aterrizó frente a las Bahamas. Por su parte, el gobierno de este país dijo que había aprobado 19 más a lo largo de 2025, aunque estaban sujetos a la aprobación regulatoria.
El problema es que una investigación se abrió tras el lanzamiento una nave Starship que, tras despegar desde Texas, explotó a los pocos minutos.
Varios videos mostraron que escombros ardientes surcaron los cielos del sur de Florida y las Bahamas. Tras el incidente, el gobierno dijo que los restos de la nave espacial cayeron en su espacio aéreo.
Según las autoridades, los escombros no contenían materiales tóxicos y no se esperaba que tuvieran un impacto significativo en la vida marina o la calidad del agua. La explosión de Starship no está relacionada con el programa de aterrizaje del Falcon 9 en las Bahamas.
¿Qué causó la explosión?
El 7 de marzo, el cohete más poderoso del mundo despegó desde la Starbase en Texas. Sin embargo, aunque el propulsor de primera etapa (Super Heavy) regresó con éxito a la Tierra, la segunda etapa explotó minutos después.
Según SpaceX, varios de los motores de la segunda etapa no funcionaron como correspondía, lo que terminó provocando el incidente.
En un comunicado, SpaceX dijo que Starship experimentó un “evento energético” en su sección de popa, que resultó en la pérdida de varios motores.
“Esto, a su vez, condujo a una pérdida de control de actitud y, en última instancia, a una pérdida de comunicaciones con Starship. El contacto final se produjo aproximadamente 9 minutos y 30 segundos después del despegue”, agregó.
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