Sin dudas, la exploración espacial es una de las más llamativas y raras actividades que existen, ya que, día a día, se descubren nuevos hallazgos que nos permiten comprender un poco mejor el origen de la vida y el universo.

Sin embargo, teniendo en cuenta que apenas se conoce el 5% del universo, aún es muy “temprano” para hacer afirmaciones sobre cientos de cuestiones.

Por ello, es difícil asegurar ciertas cosas como, por ejemplo, cuál es la estrella más grande.

Pero, por el momento, la hipergigante roja UY Scuti, en la constelación del Escudo, es quien se quedaría con este título: con un tamaño 1.700 veces más grande que nuestro Sol, se estima que “un volumen de casi 5.000 millones de soles podría caber en su interior”.

Esta hipergigante fue documentada por primera vez en 1860, cuando un equipo de astrónomos alemanes, del Observatorio de Bonn, se refirieron a ella como BD -12 5055.

Así, ubicada a unos 9.500 años luz de la Tierra, UY Scuti tendría el tamaño equivalente a un edificio de 10 pisos, mientras que nuestro Sol sería apenas una cereza a su lado.

Pero UY Scuti no es la estrella más masiva: mientras que su masa es de unas 30 veces la del Sol, R136a1 tiene una masa 215 más grande que el Sol.

Situada en la Nebulosa de la Tarántula, en la Gran Nube de Magallanes, es 30 veces mayor que nuestro Sol, por lo que es 57 veces más “pequeña” que UY Scuti.

Cabe aclarar que para estimar cuánto mide una estrella, los científicos se basan en cuánta luz produce. Pero el problema es que las hipergigantes rojas son ‘variables’, porque su brillo cambia a lo largo del tiempo.

Por ello, hay otras estrellas que podrían convertirse en las más grandes en el futuro: por ejemplo, Stephenson 2-18 (St2-18), ubicada en la constelación del Escudo, le disputa mano a mano el título a UY Scuti.

Descubierta en 1990, se encuentra a más de 18.900 millones de años luz de la Tierra y se estima que podría tener alrededor de 2.150 veces el tamaño del Sol.

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