Distintos astrónomos han descubierto una misteriosa fuente de radio en nuestra galaxia que ha estado emitiendo pulsos cada 21 minutos durante varias décadas, creando un patrón a largo plazo nunca antes visto en el espacio, según un nuevo estudio.

Las señales probablemente provienen de algún tipo de estrella muerta exótica ubicada a unos 15,000 años luz de la Tierra, pero actualmente no hay una explicación que pueda dar cuenta de todas sus propiedades desconcertantes. El descubrimiento de los pulsos sugiere que puede haber una población oculta de fuentes de radio que se repiten en escalas de tiempo sorprendentemente largas.

Los científicos han rastreado algunos destellos de radio transitorios, llamados “transitorios”, hasta cadáveres estelares compactos, como púlsares y magnetars, aunque muchas señales de radio continúan desafiando explicación. Ahora, investigadores liderados por Natasha Hurley-Walker, astrofísica del Centro Internacional de Radioastronomía en la Universidad de Curtin en Australia, han descubierto un extraño transitorio repetitivo llamado GPM J1839-10 que se comporta de manera completamente inusual.

Tras descubrir el transitorio en 2022, los investigadores quedaron asombrados al encontrar que había aparecido en observaciones astronómicas que datan al menos de 1988. La actividad de larga duración de GPM J1839-10 es extremadamente desconcertante y su inusual periodo de 21 minutos está al límite de cualquier modelo teórico clásico.

Los investigadores especulan que las señales podrían provenir de otro tipo de estrella muerta, llamada enana blanca, que es mucho más grande que los púlsares y magnetars. Una enana blanca con un campo magnético extraordinariamente fuerte podría ser capaz de producir los patrones observados, aunque señalan que es sorprendente que no se haya observado ninguna enana blanca altamente magnética cercana produciendo tal emisión.

Para resolver el misterio de GPM J1839-10, los investigadores planean seguir observando el transitorio y revisar imágenes de archivo de las últimas décadas para buscar fuentes similares en la Vía Láctea. El hallazgo de GPM J1839-10 confirma que las fuentes de radio de ultra-largo período no son extremadamente raras y habrá muchas oportunidades en futuros estudios del plano galáctico para encontrar ejemplos adicionales.

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