En 2015, la NASA llevó a cabo un experimento inusual sobre el Río de la Plata: convirtió imágenes satelitales del estuario en melodías. La iniciativa, que pasó casi desapercibida en Argentina, combinó ciencia y arte para estudiar la dinámica de uno de los estuarios más grandes del planeta y su vínculo con el océano Atlántico.
La técnica utilizada se conoce como sonificación y consiste en traducir datos numéricos en señales audibles. En este caso, los colores detectados en la superficie del agua fueron procesados matemáticamente y convertidos en notas musicales. El marrón característico del río, cargado de sedimentos y material en suspensión, se transformó en un tipo de sonido, mientras que el azul intenso del océano se interpretó con otro registro. Así, las variaciones en la composición del agua se transformaron en una melodía armónica que refleja la interacción constante entre el río y el mar.
Las imágenes utilizadas en el experimento se tomaron con el satélite Aqua, perteneciente al programa Earth Observing System (EOS) y lanzado en 2002. Aqua está equipado con el sensor MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer), capaz de registrar más de 30 bandas espectrales en el rango visible e infrarrojo. Este instrumento permite estudiar parámetros fundamentales como turbidez, concentración de clorofila, transporte de nutrientes y temperatura superficial.
En el caso del Río de la Plata, MODIS captó en 2015 la extensa pluma marrón cargada de sedimentos que se mezcla con el azul del Atlántico. Esa información visual, accesible a través del portal NASA Earthdata, fue la base para transformar datos físicos en sonido.
Ciencia detrás de la música
El proyecto, denominado Sonidos de los océanos, fue desarrollado por el científico de la NASA Ryan Vandemeulen junto a su hermano Jon, programador. Más allá de la experiencia estética, el objetivo central es científico. La sonificación abre una nueva manera de interpretar datos, revelando patrones que pueden pasar inadvertidos en un análisis visual clásico.
En el caso del Río de la Plata, este enfoque ofrece una herramienta innovadora para comprender cómo los aportes de sedimentos y nutrientes influyen en la productividad marina, en la circulación costera y en la salud del ecosistema. De este modo, el estuario no solo se puede observar desde el espacio, también se puede escuchar.
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