Este jueves 13 de noviembre, Blue Origin concretó con éxito el segundo lanzamiento de su super cohete New Glenn. Específicamente, la misión ESCAPADE de la NASA despegó rumbo a Marte desde la Costa Espacial de Florida. Pero, ¿Por qué fue tan relevante la jornada?

En primer lugar, este representó el primer lanzamiento de la NASA a Marte en más de cinco años. El último despegue de este tipo ocurrió el 30 de julio de 2020, cuando el rover Perseverance y el helicóptero Ingenuity partieron hacia el Planeta Rojo sobre un cohete Atlas V de United Launch Alliance.

ESCAPADE (abreviatura de “Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers”) consta de dos orbitadores idénticos. Cada nave espacial lleva los mismos cuatro instrumentos científicos, que las sondas utilizarán para estudiar cómo el entorno magnético de Marte interactúa con el viento solar, la corriente de partículas cargadas que fluyen continuamente desde el sol.

Los datos de la misión deberían ayudar a los científicos a comprender mejor cómo el Planeta Rojo perdió su espesa atmósfera hace mucho tiempo. Pero, más allá de esto, la otra gran noticia fue que este representó el primer lanzamiento operativo de New Glenn.

Blue Origin celebra con New Glenn

Este cohete orbital de dos etapas tenía solo un vuelo en su haber: una misión de prueba que despegó en enero de 2025, enviando a la órbita una versión prototipo de la plataforma de la nave espacial Blue Ring de Blue Origin.

New Glenn, de 98 metros de altura, puede transportar alrededor de 50 toneladas (45 toneladas métricas) de carga útil a la órbita terrestre baja y cuenta con una primera etapa reutilizable.

“El cohete está diseñado con la seguridad y la redundancia necesarias para volar humanos, y permitirá nuestra visión de construir un camino al espacio en beneficio de la Tierra”, escribió Blue Origin, que busca competir con SpaceX.

Por ello, demostrar que New Glenn puede dominar una misión operativa, enviando cargas útiles en su trayectoria deseada hacia la frontera final, fue un paso importante en ese camino.

Cada primera etapa de New Glenn está diseñada para volar al menos 25 veces, una característica que hará que el cohete sea más asequible y más eficiente.

Y una reutilización tan extensa requiere un aterrizaje preciso después de cada despegue, que nunca habíamos visto con el cohete hasta este 13 de noviembre.

Anteriormente, solo SpaceX había logrado aterrizar un propulsor de manera segura durante un lanzamiento orbital. Y, aunque ahora Blue Origin se sumó a este grupo, SpaceX ha hecho esto más de 500 veces con sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy, por lo que la empresa de Jeff Bezzos deberá ponerse al día.

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