Medios estadounidenses difundieron un documento de 62 páginas, denominado Project Athena, que habría sido redactado por el empresario y astronauta civil Jared Isaacman, actual candidato a administrador de la NASA propuesto por Donald Trump. El texto propone transformar la agencia espacial estadounidense en una organización manejada “como una empresa”, con una mayor participación del sector privado y un papel más limitado del Estado en la investigación científica.
La filtración expuso tensiones dentro del gobierno norteamericano y reavivó el debate sobre el rumbo científico y político de la NASA, que sigue sin una conducción permanente tras diez meses del segundo mandato de Trump.
Isaacman, conocido por comandar misiones privadas de SpaceX, ya había sido considerado para dirigir la agencia a principio de 2025. Sin embargo, Trump retiró su nominación tras desacuerdos internos y cuestionamientos por sus vínculos con el sector privado. Con su nombre nuevamente impulsado por la Casa Blanca, el empresario reaparece en el centro de la escena con un plan que propone una reforma profunda del modelo de gestión de la NASA y refleja el giro empresarial que algunos sectores de la administración buscan consolidar.

Una visión empresarial para la exploración espacial
Según Politico, Ars Technica y otros medios que accedieron a la filtración, el Project Athena refleja la visión de la actual administración estadounidense. Reducir la estructura burocrática de la NASA y concentrar sus esfuerzos en la exploración humana y en la competencia tecnológica con el sector privado.
El plan propone una reforma de gran alcance que modificaría el funcionamiento histórico de la agencia. Plantea, por un lado, la cancelación del cohete lunar SLS (Space Launch System) después de la misión Artemisa 3, actualmente prevista para 2028. Además, propone la retirada progresiva de la NASA de los programas de ciencia climática financiados por el Estado, transfiriendo esas investigaciones a universidades o compañías privadas.

También impulsa un cambio en la forma de obtener información científica. En lugar de desarrollar y lanzar sus propios satélites, la agencia compraría datos a empresas comerciales, bajo un modelo descripto en el documento como “science-as-a-service”.
En conjunto, el Project Athena propone un cambio de paradigma. La NASA dejaría de operar principalmente como una agencia de investigación pública para transformarse en un organismo de coordinación y contratación de servicios tecnológicos, más dependiente del mercado y menos del financiamiento estatal.

El contexto político detrás del documento
Trump había nominado a Isaacman para dirigir la NASA a principios de 2025, pero su postulación perdió fuerza tras una disputa entre el presidente y Elon Musk, fundador de SpaceX. Sin embargo, antes de que se retirara su candidatura, el empresario habría elaborado el Project Athena como una propuesta para modernizar la agencia y como una forma de reposicionarse dentro del gobierno.
El documento habría sido entregado meses atrás al actual administrador interino de la NASA, Sean Duffy, y desde entonces circula entre funcionarios del Congreso. Ahora el texto volvió a cobrar relevancia luego de que Trump volviera a presentar a Isaacman como candidato a dirigir la NASA.
Según los medios que difundieron el documento, algunos exdirectivos de la agencia calificaron el documento de “imprudente” y “presuntuoso”. Otros reconocen que abre un debate necesario sobre la eficiencia de la NASA y su dependencia del financiamiento público, en un momento en que el futuro de la agencia parece tan político como tecnológico.

Un futuro incierto para la ciencia y la cooperación internacional
El Project Athena es, por ahora, una propuesta sin efectos concretos. Sin embargo, su contenido refleja la orientación que podría adoptar la NASA en los próximos años: más énfasis en la rentabilidad y la competencia tecnológica, y menos en la investigación básica o en la ciencia climática financiada por el Estado.
Los cambios sugeridos podrían tener impacto directo en los programas de cooperación internacional que la agencia mantiene con otros países, incluidos los acuerdos de observación terrestre y los proyectos conjuntos de monitoreo ambiental. De avanzar en esa dirección, la NASA dejaría de liderar buena parte de la investigación abierta sobre cambio climático y fenómenos globales. Ese rol se trasladaría entonces a actores privados, lo que reduciría el acceso público a la información científica de carácter global.
Por ahora, el documento debe leerse como un manifiesto político más que como una política oficial. Representa la disputa entre distintas visiones dentro del gobierno estadounidense sobre qué debe ser la NASA: una agencia científica, una empresa de exploración o una herramienta de poder geopolítico.
Sin embargo, el hecho de que Donald Trump haya vuelto a nominar a Jared Isaacman como candidato a administrador de la NASA sugiere que Project Athena no es solo un ejercicio teórico, sino una señal de la dirección que la Casa Blanca pretende darle a su política espacial. Si esa visión se impone, el futuro de la agencia podría cambiar de forma profunda.
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