Blue Origin pone a punto el segundo vuelo del New Glenn con una exitosa prueba estática de motores

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New Glenn

Blue Origin, la compañía espacial de Jeff Bezos, completó el 30 de octubre una prueba clave de su cohete New Glenn, uno de los últimos pasos antes de su segundo vuelo, previsto para noviembre. El ensayo se realizó en el Complejo de Lanzamiento 36 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, donde el vehículo encendió sus siete motores BE-4 de primera etapa durante 38 segundos. Se trató de una prueba más prolongada de lo habitual para este tipo de verificaciones previas al vuelo.

El director ejecutivo de Blue Origin, Dave Limp, explicó que el objetivo fue simular la fase de aterrizaje del propulsor. Durante los primeros 22 segundos, los motores operaron al 100 % de empuje. Luego, al reducir la potencia al 50%, se apagaron los motores fijos —aquellos sin capacidad de orientación de sus toberas—. En la etapa final, los motores externos con cardán se detuvieron deliberadamente mientras el motor central aumentaba su empuje al 80%.

Según Limp, este procedimiento permite “comprender cómo interactúan los fluidos entre las líneas de alimentación activas e inactivas durante el aterrizaje”, una maniobra clave para la reutilización del cohete.

La prueba estática marca uno de los últimos hitos antes del lanzamiento de la misión ESCAPADE, que llevará dos satélites de la NASA con destino a Marte. Tras el ensayo, el New Glenn regresará a su hangar para integrar la carga útil y luego volverá a la plataforma para los preparativos finales.

El segundo vuelo de New Glenn podría lanzarse a partir de noviembre

Aunque Blue Origin aún no confirmó una fecha oficial de lanzamiento, fuentes cercanas a la empresa señalan que podría realizarse a partir del 9 de noviembre. El vuelo, identificado internamente como NG-2, será el segundo del New Glenn después de su debut en enero, cuando logró colocar su carga útil en órbita, aunque la primera etapa no consiguió aterrizar sobre la barcaza prevista en el Atlántico por un fallo en el reinicio de los motores BE-4.

Un portavoz de la compañía reconoció que intentar un aterrizaje en el primer vuelo fue un objetivo ambicioso, pero aseguró que las posibilidades de éxito son mucho mayores esta vez. Si la recuperación resulta exitosa, Blue Origin planea reutilizar el propulsor en el lanzamiento de su módulo lunar Blue Moon Mark 1, programado para los próximos meses.

Fiel a su estilo, la empresa bautizó el cohete que volará en la misión NG-2 como “Never Tell Me the Odds” (“Nunca me digas las probabilidades”), en homenaje a una célebre frase de Star Wars. “Creo que las chances de que este cohete aterrice son mucho mejores que 3.720 a 1”, bromeó Limp en septiembre.

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